CAPITULO 12

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En todo el trayecto estuvo en silencio, pude notar detrás de nosotras que había autos que nos seguían, en un momento creí estar paranoica, cundo vi los flashes supe que mi mente no me engañaba. Bre de también sintió la presencia de estas personas que nos seguían, pero ni siquiera dijo nada, se mantenía en silencio.

Elisa: ¿pasa algo? ¿Te arrepentiste de ir a comer conmigo?- ella miró, al hacerlo me sonrió mostrándome su perfecta dentadura blanca, que al instante también me hizo sonreír- me gusta tu hermosa sonrisa.

Brenda: no me arrepiento de ir a comer contigo, ¿qué te hace pensar eso?- ella quedó en silencio esperando mi respuesta sin apartar la mirada, sospeche que hizo oídos sordos a mi último comentario, ya que ni siquiera dijo gracias o algo por el estilo.

Elisa: has estado callada en todo el camino.

Brenda: estaba formulando preguntas para hacerte- se acomodó más en el asiento del auto- ¿responderás a todas las preguntas que te haga?

Elisa: algunas no podre responderlas.

Brenda: ¿y eso por qué?

Elisa: porque no tendré la respuesta.

Brenda: entiendo- el silencio volvió a estar a nuestro alrededor, miré por el retrovisor y vi como el chofer me observaba a cada rato, de seguro para ver si tengo parecido a Anna, ahora que me acuerdo los de la empresa también tenían esa mirada en mí.

Elisa: frustrante- susurré.

Brenda: ¿qué dijiste?

Elisa: que estamos por llegar- ella solo asintió, al parecer no escucho lo que dije en realidad, es mejor así, no le explicaría por qué dije eso.

Después de unos minutos el auto se detuvo, bajamos en el restauran, en el cual dos hombres uniformados con unos trajes negros estaban esperándonos en la puerta, de seguro Marcela o Nelly habrán organizado esto antes, el chofer abrió la puerta, extendiendo su mano para que bajara, imitando el mismo gesto con Brenda, nos acercamos a aquellos hombres.

-buenos días, señorita Wintour- me sonrió- ya tenemos preparada la mesa de siempre- solo asentí- seré quien las atienda, pueden decirme Matt, por favor acompáñenme- el hombre empezó a dar pasos entrando al lugar mientras nosotras lo seguíamos, el hombre que estaba junto a él desapareció, dejándonos solo a nosotros tres.

Brenda: ¿vienes seguido?

Elisa: a decir verdad...

Matt: ¿quieren algo de tomar mientras les traigo el menú?- dijo mientras separaba la silla de la mesa, permitiendo a Brenda sentarse.

Brenda: gracias- hizo lo mismo conmigo y tomé asiento. Estábamos una frente a la otra.

Elisa: tráigame el vino de siempre- sonreí segura para que el buen hombre me siguiera la corriente o por lo menos con la esperanza de que alguna de las chicas le haya dado algunas sugerencias sobre que debía hacer si pedía algo.

Matt: claro, señorita- me sonrió y se dio la vuelta, un suspiro de alivio escapo de mis labios, cuando el hombre se alejó.

Brenda: es un lugar muy lindo- solo asentí.

Elisa: ¿tienes listas tus preguntas?

Brenda: sí- hice una seña con mis manos para que empezara con su interrogatorio- ¿dónde naciste?- la mire confundida- digo, porque no tienes un acento británico como tu tía.

Piensa Elisa, algo que sea muy creíble.

Elisa: nací en México, pero a los dieciocho me mudé aquí, el acento neoyorquino se volvió parte de mí.

30 DÍAS PARA ENAMORARLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora