CAPITULO 13

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Cuando terminamos de almorzar, regresamos al auto que nos esperaba en la entrada, cuando salimos había algunos camarógrafos, sus flashes me segaron por un momento, pero la mano de Brenda que tomo la mía me guio hacia el auto, cuando entramos en él, el chofer arranco de inmediato.

Elisa: gracias por eso- ella rio.

Brenda: de nada, me di cuenta de que necesitabas ayuda con la cara que pusiste- le di una sonrisa de agradecimiento.

Elisa: bueno, dime ¿cuántos días te quedarás? Tienes que volver rápido a los Ángeles, me imagino.

Brenda: en realidad me quedaré unas semanas solo porque quiero pasar un tiempo aquí.

Elisa: no será por mí, ¿no?- ella apartó la mirada.

Brenda: te pareces a tu tía cuando actúa así.

Elisa: ¿cómo?

Brenda: actúas como si tus suposiciones fueran ciertas.

Elisa: entonces estoy en un error, lamento eso.

Brenda: ese es el problema- escucho que susurro algo más, pero no la pude escuchar.

Elisa: ¿Nancy se quedará?

Brenda: sí, siempre está conmigo cuando hago viajes, ¿por qué la pregunta?

Elisa: me gustaría seguir saliendo contigo, pero sin Nancy- ella me miró dudando- como amigas, claro.

Brenda: no lo sé, lo pensaré- el auto se detuvo frente del The Plaza, hotel donde se hospeda Brenda, mire al chofer que descendió del auto y fue a abrir la puerta de Brenda- ¿termino nuestra salida?

Elisa: eso parece- ella aún me miraba- no te preocupes por Nancy, te la mandaré de inmediato- ella vaciló un poco, pero antes de que bajara tome su mano, al girarse para verme me sonrió, saque su celular de mi bolsillo y se lo entregue- ya nada te ata a mí, pero agende mi número por si decides seguir saliendo conmigo, para matar el aburrimiento que te dará New York- ella se acercó a mí, por un momento mi corazón empezó a acelerarse, algo nada común en mí, supongo que es porque no sabía que iba a hacer ella, pero cuando sentí sus suaves labios sobre mi mejilla solo cerré los ojos ante ese contacto.

Brenda: te llamaré- cuando abrí los ojos la puerta del auto ya estaba cerrada y Brenda estaba de espaldas ingresando a su hotel.

Mire por la ventana al chofer pasando alrededor del auto, cuando al fin entro antes de arrancar, me miro por el retrovisor.

Elisa: ¿quién cambio los planes?- dije sería, mostrando algo de autoridad.

Chofer: llamo su asistente, dijo que llevara a la señorita Arriaga al hotel y que luego a usted la regresara a la empresa.

Elisa: la próxima vez debe avisarme de este estilo de cambio de rumbo o si no, no se moleste en regresar- él asintió rápidamente.

Chofer: no pasará de nuevo, señorita Wintour- él arrancó el auto, haber usado ese carácter con él no fue lo adecuado a mi pesar, pero tenía que hacerlo, sé que Anna lo hubiera tratado de la misma manera y, ya que desde antes este hombre tenía la mirada sobre mí, significaba que había algo de duda sobre si soy familiar o no de Wintour se le cruzaba por la cabeza, por ahí con este trato esa pregunta haya sido respondida.

Cuando llegue a la empresa, en la puerta me esperaba Diana, ella aún tenía esa iPad en la mano, junto a un par de lentes negros demasiado grandes. Bajé de este auto y comencé a acercarme a ella sin mirar a los lados.

Elisa: ¿desde cuándo usas gafas de sol?- mire más de cerca aquellas gafas, note una escritura a un lado de esto, parecía muy bien hecha, lo que significaba que eran de alguna marca.

Diana: no son mías- la miré frunciendo el ceño- son tuyas- me las dio- póntelas.

Elisa: ¿para qué debo ponérmelas?

Diana: me han dicho que debes llevar todo de marca, eso incluye estas gafas.

Elisa: entiendo, pero ¿Por qué tiene que ser ahora?

Diana: digamos que tu foto está merodeando en todo internet, en noticias en este momento, aquí que hay periodistas que preguntan quién eres, así que Marcela dijo que es mejor que estés prevenida en todo sentido y especialmente en la moda, ya que cuando sepan que eres la "sobrina" de Wintour, todos vean que en algo te pareces.

Elisa: okey- suspiré tomando aquellas gafas, colocándomelas- ¿qué marca son?- dije mientras avanzaba para entrar al edificio, escuchando los pasos de Diana venir detrás de mí.

Diana: DOLCE AND GABBANA, estuve viendo su precio y cuestan 300.

Elisa: 300 dólares no es tanto- escuché su risa.

Diana: 300 mil dólares Elisa, así que cuida bien eso- ambas entramos al ascensor, cuando cerro.

Elisa: todo este tipo de lujo va más allá de mí- susurre- anteojos, una comida algo así como privada en un restaurante de lujo, ser jefa de fotografías, lástima que esto se acabe en solo semanas.

Diana: ya hablamos de esto Elisa, si te va bien con todo no perderás nada y yo tampoco, podre quedarme contigo, así que no hay nada de que preocuparse.

Elisa: si tú lo dices- mire los números que se encontraban arriba de la puerta del ascensor- no te parece raro que habiendo tanta gente no choquemos con nadie.

Diana: le pregunté a Marcela sobre eso y me dijo que todos están avisados que no pueden cruzarse en tu camino.

Elisa: ni que tuviera lepra- ella rio.

Diana: bueno, cambiando de tema, ¿cómo te fue con el almuerzo?

Elisa: bien, creo.

Diana: ¿anotaste su número para llamarla?

Elisa: le di mi número, siento que me llamara.

Diana: yo digo que sí.

Elisa: ¿de verdad lo crees?

Diana: sí y más por lo que me dijo Nancy- gire para verla- al parecer ella le dijo que quería ir a almorzar a solas contigo, por eso al último momento no fue.

Elisa: ¿tú crees?- sonreí.

Diana: no, esa mirada- la miré confundida- la conoces menos de tres días y ya te gusta.

Elisa: ¿de qué hablas?- ella rodó los ojos.

Diana: tu mirada te delata, intenta no enamorarte, ambas saldrán lastimadas, será mejor no mezclar sentimientos con trabajo.

Elisa: nunca lo hago- las puertas se abrieron en el último piso- ¿qué haremos ahora?

Diana: nosotras nada, tú iras a la oficina de Wintour ella quiere hablar contigo.

Elisa: por eso llevaron a Brenda al hotel sin consultarme, ¿no?

Marcela: sí- escuche a un lado de mí, gire para verla- te quedan bien las gafas, pero debes apurarte, llevas atrasada más de veinte minutos- asentí rápidamente, camine hasta la oficina de Wintour, está a diferencia de las otras veces tenía ambas puertas totalmente abiertas, así que solo di unos pasos más para que notara mi presencia.

Anna: no me gusta cuando llegan tarde- no dije nada, alzo un poco su mirada viéndome fríamente- pasa, debemos hablar.

30 DÍAS PARA ENAMORARLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora