CAPITULO 22

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Recostada en el respaldo de mi silla, en mi oficina, estaba sola en silencio, pensando, intentando atar cabos sueltos, toda mi cabeza era un lío y todo comenzaba con el apellido Wintour.

¿Por qué a veces me trata como si quisiera cuidarme?

¿Por qué así de simple me dio esta oportunidad?

¿Por qué tengo tantos beneficios por este artículo?, muchos más de los que han trabajado toda su vida con ella.

Algo está pasando, si intento mandar a alguien a averiguar, sé que ella lo sabrá y si les pregunto a sus asistentes, ellas le informarán a Anna que estoy buscando respuesta a mis dudas.

¿Qué debo hacer?, ¿esperar?

No es mala idea, puede que cuando termine todo esto al fin sepa el porqué de todo esto.

¿Por qué no serle directa a Wintour y preguntarle?

Eso ni siquiera debo decirlo ni como si fuera un chiste, de seguro me echara o peor puede que por meterme donde no debo, no me deje conseguir ningún trabajo en la industria del periodismo, además de no permitirme la entrada a su oficina de por vida.

Conclusión: Deberé esperar, cuando termine esto deberán darme alguna respuesta, por ahora solo seguiré con mis dudas y acumularé algunas cosas que por ahí las vea como posibles respuestas.

El sonido del intercomunicador interrumpió mis pensamientos como ha pasado varias veces, estaba acostumbrándome a esto, pero eso no significaba que me gustara. Presione aquel botón rojo esperando a que Diana hablara.

Diana: tienes una llamada en la línea uno - miré los botones blancos que también estaban en el intercomunicador, aquel número que había mencionado anteriormente Diana estaba titilando - ¿Elisa?

Elisa: ¿quién está en esa línea?

Diana: es Arriaga - sonreí, al parecer mi deducción de que ella me llamaría no había fallado - deja esa sonrisa presumida y contéstale.

Elisa: ¿cómo supiste que sonreía?

Diana: te conozco muy bien.

Elisa: bien, atenderé - reí, deje de presionar el botón rojo y presione el número uno – hola.

Brenda: dijiste que si te llamaba me contestarías, pero te llame al celular y no lo has hecho - hizo una pausa - no prometas cosas que no cumplirás.

Elisa: Brenda no tengo mi celular a la mano, por eso no conteste,¿qué pasa?

Brenda: ¿estás bien? Cuando te fuiste, parecías alterada.

Elisa: nada de que preocuparse, ¿ya resolviste las cosas con tu novia?

Brenda: sí, estuvo un poco celosa de que me quede a dormir a noche contigo, pero se lo explique.

Elisa: le dijiste que dormimos juntas, ¿abrazadas?

Brenda: bueno, no fue exactamente eso lo que le dije.

Elisa: bien – suspiré.

Brenda: lo siento – por su tono parecía verdaderamente arrepentida.

¿Pero por qué lo estaba?, ¿por no decirle la verdad a su novia o porque no le gustaba lastimarme?

Elisa: no tienes que pedir disculpas - mire al ventanal, un hermoso atardecer se asomaba mientras veía como se aproximaba una noche fría - me dijeron que vuelves a Los Ángeles en dos días.

Brenda: sí - susurro - tengo que ir a Los AMA, ¿tú iras? - lo último tenía un tono esperanzado.

Elisa: iré y me presentaré ahí delante de los medios.

Brenda: bien - ambas quedamos en silencio, pero no era incómodo, era más bien relajado, me hacía sentir todo lo contrario de incomodidad - no sé qué decirte - rio contagiándome su hermosa risa.

Elisa: ¿qué te parece si salimos por una última vez antes de que te vayas?

Brenda: eso me encantaría, ¿ahora? - escuche algunos sonidos detrás de ella como si ya se estuviera preparando.

Elisa: sí, avísale a tu novia, así va uno de los choferes de la empresa a buscarlos a ambos.

Brenda: ¿no seré yo sola?

Elisa: ¿querías que estuviéramos solas Bren?

Brenda: em... no... al .... -

Elisa: tranquila, será una salida en parejas.

Brenda: ¿parejas? ¿Llevarás a alguien?

Elisa: sí, llevaré a alguien, prepárense ambos, el auto estará ahí dentro de ... - mire mi laptop observando la hora - en cuarenta minutos estará ahí y los llevará al lugar donde nos encontraremos.

Brenda: nos vemos - otra vez el silencio, era como si espera que digiera algo más antes de cortar.

Elisa: adiós.

Brenda: adiós - antes de que ella cortara se escuchó un suspiro de su parte.

Toque el botón rojo del intercomunicador llamando a Diana para que venga a mi oficina lo más pronto posible. Cuando cruzo la puerta, me levante de mi asiento y me acerque al ventanal.

Elisa: busca una modelo, la primera que te cruces y tráemela, pero por favor que sea joven.

Diana: ¿para qué quieres eso?

Elisa: tú hazlo.

Diana: como desees Wintour - su voz fue irónica, pero la ignore y solo espere a la llegada de la chica que me traería Diana. 


30 DÍAS PARA ENAMORARLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora