Capítulo 15

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-Ahora escucha bien, preciosa -empezó a tocarme (con la mano que no tenía mi cuello) los hombros, la espalda, estaba a punto de tocarme las piernas cuando lo interrumpí.

-Por favor... Suéltame... -dije casi sin aire.

-Una palabra más y te corto la garganta -me muestra una navaja en su bolsillo.

Tragué saliva.

-Ahora escúchame con atención. Te voy a llevar conmigo y vas a hacer lo que te diga, ¿de acuerdo?

¡¿A su casa?! ¡¿A hacer qué?! El pánico casi me derrumba, pero no tuve más remedio que asentir con la cabeza.

-Muy bien. Ahora... -sentí su aliento en la nuca, olía a alcohol. “¿En qué momento bebió? ".

Empezó a tocarme la espalda, ya iba a llegar más abajo cuando le pateé la entre pierna. Lanzó un aullido de dolor. Me safé de él a toda prisa pero me jaló fuertemente del brazo.

-¿Creías que te irías así de fácil? -tenía una cara adolorida y a la vez furiosa.

Me retorcía pero era inútil. Empezó a presionar mi cuello cada vez más, cuando ví que alguien venía hacia mí.

-¡Sabana! -era la inconfundible voz de Elliot, llena de rabia y terror.

Corrió hacia Paul antes de que éste pudiera reaccionar y le dió un puñetazo en el rostro, luego otro y otro. Paul se los devolvió. Los dos tenían sangre en la nariz.

Me había quedado sin aire y todo  pasó en una fracción de segundo. Luego todo se volvió negro.

                      * * * * * * * *

Todo está oscuro. Siento que mi cabeza va a estallar. Oigo voces a lo lejos. Abro los ojos y veo a Elliot a mi lado, observándome, preocupado.

-Hola -digo casi sin voz.

-Shhh... Hola -me mira de una manera tierna-, no hables mucho, tienes que descansar.

-¿Qué pasó?

-Iba por la calle, fui un momento a la soda de la parada y te ví a tí y al imbécil que te estaba asfixiando. Casi me da un infarto al verte así, morada, sin aire... -y de repente, me abrazó con fuerza, le devolví el abrazo.

-Lo siento...

-Descuida... Le dí una patada en la entre pierna -dije orgullosa.

-¿En serio? -parecía divertido- se lo merecía, después de lo que te hizo.

-¿Qué me hizo?

-Además de asfixiarte y manosearte, esto -dijo con rabia contenida y me dió un espejo. Ví que me dejó las marcas de sus manos, unas partes de mi cuello estaban rojas y otras un poco moradas. Contuve el aliento.

-Nos empezamos a pelear -, continuó- y tú te quedaste sin aire y te desmayaste. Alguien  llamó a la policía y por suerte se lo llevaron. Una ambulancia te trajo al hospital y te acompañé. Ya le avisé a tu mamá, está en la sala de espera.

«El oficial vino hace una hora y me dijo que ese tipo era uno de los más buscados. Era un abusador y secuestraba chicas para prostituirlas».

Otra vez contuve la respiración y ví en el espejo, que estaba pálida.

-Gracias... por defenderme, por todo... Pero fue demasiado peligroso, ¡quien sabe que te pudo haber pasado!

-Pero aquí estoy y tú estás bien. ¿Crees que no vale la pena arriesgar la vida por ti?...  -me sonrojo un poco.

-Llamaré a tu mamá -asiento.

Ok, ahora sí que tengo mucho en mi cabeza. ¡Estoy tan enojada con Paul, me siento tan traicionada! ¿Cómo pude confiar en él? Debí haberlo sabido desde el principio. Debí haberlo sabido desde aquella vez en el parque que me causó escalofríos. Ahora todo concuerda. Se presentó amigable, simpático, con los “mismos" gustos, se ganó mi confianza... ¡Y ahora esto!             ¡Quien sabe que pudo haberme hecho! ¡Fui una tonta! Tengo tanta rabia por dentro.

-Elliot... -lo llamo justo cuando va a abrir las puerta.

-¿Sí? -y se acerca a mí.

No le respondo, sólo lo abrazo y lloro. Él me acaricia el pelo, me envuelve en un abrazo reconfortante, me siento segura en sus brazos. Mi llanto disminuye un poco.

-Tranquila, todo está bien... Mi chica bella y valiente... -dijo mientras me acariciaba la mejilla con el dorso de la mano.

-¿“TU" chica bella y valiente?

-No arruines el momento por favor.

-Claro que no -dije sonriendo y colocando mi mano sobre la suya.

Nos miramos a los ojos, no sé si fueron segundos o minutos. Nos acercamos lentamente pero él para de repente. ¿Por qué paró? Nos íbamos a besar. No lo sé...  Me da un beso en la frente y sonríe.

-Nos vemos luego.

Me pareció oírlo susurrar algo, pero no lo logré oír bien, y cierra la puerta.

                        * * * * * * * *

Mamá, Teo, Oliver y Francis entran a la habitación del hospital.

-¡Sabana! -gritan los cuatro.

-Hola.

-¿Estás bien? ¿Te sientes mejor? -mamá está preocupada.

-Sí, sólo me duele la cabeza...

-¡No tienes idea del susto que nos diste! -Francis corrió a abrazarme.

Oliver sólo se arrodilló al lado de la camilla, me abraza, me besa en la mejilla, me da un osito de peluche y me susurra:

-Lo siento.

Lo abrazo.

-Te perdono, Oliver. No es nada, ya pasó.

Me sonríe y deja que Teo venga conmigo.

-¡Sabaaa!

-¡Teo! Me hiciste mucha falta.

-Oobvio -dice, y veo que brotan algunas lágrimas en sus mejillitas rosas.

-¿Qué pasa, Teo?

-Me asusté mucho.

-Tranquilo... Aquí estoy -y lo abrazo.

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Hola, hola!! Cómo están?

Inesperado, verdad? O.o Bueno, así es la historia. Espero que les esté gustando y voy a intentar publicar más seguido. Gracias a todos!! Voten y comenten.♥ LOS AMO :3

Bren242 :)

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