Abro la puerta de mi casa y está en llamas. Llamo a mamá y a mi hermano, pero nadie responde. Mi voz se devuelve en un eco. Lo único que se escucha son las llamas a mi alrededor. No veo a nadie, está vacía. No sé por qué pero me adentro en la casa. Miro a la pared de la derecha y me fijo en el reloj digital, está marcando treinta segundos en cuenta regresiva. Volteo a la pared de la izquierda y una foto de papá cae al suelo y se quiebra en mil pedazos. Veinticinco segundos. Una voz a lo lejos me dice: "Decide rápido. El tiempo se acaba". Me quedo inmóvil un instante y veo el reloj de nuevo. Quince segundos. Corro buscando algo, no sé qué, pero busco algo que me falta. Cinco segundos. Cuatro. Tres. Dos. Uno. Grito desesperada y me desmayo asustada. Un ruido sordo y cortante se escucha. Luego todo se vuelve negro.
Me despierto y voy a la cocina por un vaso de agua. Son las 2:25 am. Me siento en el sillón de la sala y bebo, mientras miro el cielo oscuro a través de la ventana por un largo rato. Ahora me pongo a pensar en la situación del sueño, y esta es mi conclusión:
Si tu casa estuviera en llamas y solo tienes treinta segundos para llevarte una sola cosa, ¿qué te llevarías? Ahora que lo pienso bien, no lo sé. El viento fresco de la madrugada me acaricia el rostro y quedo dormida.Cuándo despierto aún nadie se ha levantado.
Son las 7:00 am. Me levanto y preparo café para mamá y para mí. Hago un huevo frito para cada uno con tocino.Mientras se cocinan, pongo "Sugar" en mi teléfono y me coloco los audífonos, una buena canción para empezar el día. Sirvo los huevos y el tocino en los platos. Coloco las tazas con café en la mesa y sirvo el jugo de Teo. Cuando termina la canción, levanto la vista y mamá y Teo entran a la cocina somnolientos.
A mamá se le iluminan los ojos.-Vaya sorpresa, gracias cariño -me abraza y me da un beso en la mejilla.
-De nada mamá -volteo a ver a la mesa y Teo ya se está devorando su desayuno. Mamá lo mira con desaprobación.
-¿Qué? Ah, sí... ¡Gracias Saba! -dice. Nos reímos y desayunamos. Mamá me deja en la escuela.
* * * * * * * *
-...Y luego Joseph me dijo que no iría conmigo -dijo Francis triste y sollozando.
-Descuida, aún falta tiempo para el baile. Hay muchas oportunidades todavía.
-Pero de verdad me gusta. Y yo pensé que también le gustaba, en la forma que nos mirábamos y hablábamos. No lo entiendo.
-A veces hay muchas cosas que nunca logramos entender. Tal vez no sea con quien debes estar. Apuesto a que hay chicos que querrán ir al baile con una chica tan linda, divertida e inteligente como tú.
-Gracias. Tal vez no sea el indicado. ¿Sabes qué? Dejemos este drama y vayámonos al centro comercial.
-Esa es la Francis que conozco -contesté sonriendo- ya le avisé a mamá.
-Genial.
* * * * * * * *
-¿La amarilla o la rosa? ¿Cuál se me ve mejor?
-A mí me gusta más la rosa. Resalta el azul de tus ojos.
-Gracias. Por eso te quiero, Saba.
-Y yo a tí -digo riéndome.
Compramos la blusa y vamos por un batido. Mientras hacemos fila, charlamos.
-Y no te gusta alguien por ahí..., ¿o sí? -dice con mirada coqueta.
-No lo sé... Tal vez -digo haciendome la inocente.
-¡Oh por Dios! Dime, por fiiiis...
-No.
-¿Una pista?
-No.
-¿Lo conozco?
-No.
-¿Con qué letra empieza?
-E.
Avanzamos un poco en la fila.
-Mmm... ¿Edward Cullen?
-Okey, creo que Crepúsculo te ha afectado un poco, amiga.
-¿Emanuel? -dice riéndose.
-No.
-¿Esteban?
-No.
-¡Ay dime! ¿Siiiiii? -dijo poniendo cara de perro abandonado.
-Elliot, ¿sí? ¿Contenta? -la verdad no le hubiera dicho, pero mi nivel de paciencia estaba en 0,1%.
-¡Soy tan felíz! ¡Mi amiga se enamoroó! ¡Mi amiga se enamoroó! -dijo a todo pulmón dando pequeños saltitos. Todas las personas que estaban cerca nos miraron con cara rara.
-Oye, baja el volúmen un poco. ¿Sí? Todos nos miran.
-Oh, claro.
-Y para que sepas, que te guste alguien y que te enamores son cosas muy diferentes. Solo pienso que es lindo y simpático.
-Ya veremos... -dijo dándome un leve codazo.
-Qué madura.
-Demasiado -se rió. Esa risa es tan contagiosa que yo también me empezé a reír. "Ahora sí que están locas" debió pensar la gente que nos miraba.
Por fin llegamos a la caja y la chica que nos atendió se rió un poco y nos dió los batidos.
* * * * * * * *
-Adiós, hasta mañana.
-Hasta mañana, Francis.
Llego a casa y leo un rato. Cenamos y duermo como no he dormido en años.
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Corazón de Cristal
RomanceSabana es una chica dulce, soñadora, fuerte e inteligente. Está lastimada por la muerte de su padre, lo que hace que ella no crea mucho. Lleva una vida tranquila, hasta que se topa con Elliot, que se enamora perdidamente de ella. Sabana relata much...