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20 de diciembre...

Viajar en tren siempre me había parecido de las actividades más relajantes, al menos estando aquí en Corea, Pues además de ver paisajes hermosos, las personas siempre viajaban en silencio, todo era sumamente cómodo, por lo que el viaje hasta Busán fue lleno de paz para mí, había actualizado junto a mi Hyung lo que sucedió en este tiempo que no nos vimos, habíamos escuchado algo de música en mis audífonos, y al pasar de casi seis horas estábamos por fin llegando a aquella casa donde crecí los primeros años de mi vida.

Es una casa bastante bonita, me gustaba que al estar fuera de la ciudad nos daba la oportunidad de tener un pequeño jardín trasero que se comunicaba con las otras casas de la villa. En el interior, la cocina era bastante hogareña, siempre de un color blanco que la hacía ver hermosa, la sala era amplia, aunque por igual hogareña, y teníamos res habitaciones, cada una con su respectivo baño. En general, la casa era agradable y a mí me encantaba vivir ahí, los vecinos eran tranquilos y pocas veces llegaba a verlos pues son personas mayores, de hecho, la casa era de mi abuela antes de ser de mi madre, es por eso que se encuentra en aquella villa.

Aunque tuvimos que dejarlo cuando mi madre comenzó a trabajar en el laboratorio, y después papá le ayudó a abrir el suyo, así que Seúl se convirtió en nuestro nuevo hogar.

—Kook… - Escuché la voz de mi hermano, quien me sacó de los recuerdos que aquella casa me traía a la mente, desviando mi mirada de la sala para así girarme y verlo a él. - Te preguntaba si deseabas hacer las compras ahora o después de ir al zoológico.

—Oh… Creo que es mejor después ¿No? Podemos pasar comprando algo y comer allá un poco para después volver y hacer las copras… No quiero perder mucho tiempo.

Sé que posiblemente sea incomprensible para muchas personas el hecho de que yo desee ir allá con tanto fervor, pero es algo que siempre me ha apasionado, visitar los lugares abandonados es y será un pequeño éxtasis en mi vida.

—Bien, señor explorador. Entonces no tenemos tiempo que perder.

Si, si yo tuviera que elegir un hermano para mi siguiente vida, sin duda volvería a elegir a Hobi Hyung. Él es todo lo que cualquier persona podría pedir de un hermano mayor.

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El aire solitario del lugar hizo un escalofrío pasar por mi cuerpo, y cuando la oxidada llave dio vuelta en el cerrojo de la puerta que indicaba “Entrada de personal”, el chirrido de la misma abriéndose hizo mi piel erizar, caminando a hurtadillas dentro, hasta una pequeña habitación que olía a humedad, demasiado a humedad.

Antes de adentrarnos más coloqué una linterna en mi cabeza, encendiendo esta casi al mismo tiempo que Hyung encendía su linterna de mano, y solo entonces cerramos tras de nosotros la puerta. Esa puerta que nos dejaría adentrarnos a un mundo abandonado, un mundo muerto.

—¿Crees que haya luz eléctrica?

Hyung se encontraba cerca de la caja de electricidad del lugar, notando que abría la pequeña puerta y dentro de ella aparecieron al menos treinta palancas, suspirando largo al ver que ninguna tenía nombre, solo números.

—No creo que debamos ¿Y si hace un corto y se incendia? No quiero en verdad ir a la cárcel, tenemos varias linternas en la mochila. – Hablé entre una pequeña sonrisa, solo entonces decidiendo caminar hasta una segunda puerta que esta vez daba acceso al zoológico, era corrediza y la chapa se había dañado.

Y de pronto estuvimos frente a un mundo nuevo, uno que la naturaleza se había encargado de desaparecer casi en su totalidad; todo estaba cubierto de plantas, incluso algunas de las pequeñas edificaciones no parecían tener puerta, pues las plantas se habían encargado de envolver casi por completo los accesos.

— ¿Por dónde quieres comenzar?

La pregunta era bastante buena, pues ahora me cuestionaba cuál sería el mejor lugar para recorrer primero. Mi mirada buscó algún mapa cercano, encontrando uno consumido a medias por la humedad, estaba dentro de una vitrina, pero dejaba ver algunos lugares aún.

—¿Qué te parece… - Mi mirada recorrió los pocos lugares visibles del mapa, intentando recordar en mi mente cómo es que se veían estos la última vez que vine hace más de diez años. - …el serpentario?

Era un lugar no muy amplio y casi consumido por la oscuridad antes de su abandono, pues la mayoría de los animales los tenían en vitrinas gigantes adaptadas a la cantidad de luz que necesitaban, por lo que los pasillos de este estaban casi oscuros.

Y si, fue un buen comienzo pues en esas mismas vitrinas o al menos en las que no tenían lama cubriendo el cristal pude fotografiar algunas plantas que habían crecido, y aunque pueda llegar a ser sorprendente, parece que no donaron todos los animales antes de que cerraran el zoológico ¿O será posible que no hayan visto aquellas víboras ahora secas que estaban en algunas vitrinas? No creo que pueda llegar a haber personas tan crueles como para abandonar animales y dejarlos morir de inanición.

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Recorrer y fotografiar el serpentario nos había llevado casi dos horas, justo ahora era casi mediodía y nosotros caminábamos en busca de un nuevo mapa que nos guíe en busca de algo cercano al serpentario, pero el resto de los mapas no eran legibles, la naturaleza los había cubierto de humedad, por lo que ahora estábamos a ciegas.

—Recuerdo que cerca de aquí estaban los animales del desierto…

Mi mirada viajó a Hyung, después giré mi cabeza en busca de algún letreo que lo indique, pero no había nada.

—Creo que lo mejor es solo seguir los caminos en cierta dirección para saber volver.

—Si... Además es horrible, se siente como si algo te siguiera todo el tiempo. - Si, mi Hyung siempre había sido algo paranoico con estas situaciones. Por eso agradecía que me acompañara.

Por ahora solo puedo pensar en que el lugar es enorme, y no deseo que lleguemos a perdernos pues, aunque bien está abandonado, no sabemos si llegue a ser peligroso.

—Entonces vayamos solo a la derecha en las divisiones de caminos.

Y ante dicha idea tan solo asentí, comenzando a caminar sólo a la derecha. Aunque había muchos edificios los cuales tenía curiosidad de entrar, por hoy sólo haríamos un recorrido general para conocer el lugar y que sea más fácil venir mañana y el resto de los siguientes días hasta visitar todo.

—Deberíamos buscar un lugar para comer, Kook. Dan casi las tres de la tarde y no hemos desayunado si quiera.

—Está bien…

Rastros en el abandono (VKook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora