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-Taehyung... Taehyung ¿Estás bien? ¿Quieres que llamemos a Kim?

Su preocupado acompañante lo veía ahora desde el costado de la cama, con los ojos sumamente abiertos ante la escena del mayor con la mano sangrando a causa de haber aplastado el portarretratos y roto el vidrio que quedó incrustado en su palma, Taehyung sabía que ese no era el único problema pues la cama se sentía caliente bajo las mantas, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas ante la impotencia, la vergüenza y el terror.

-No me castigues, por favor Jungkook. No me castigues.

-No lo haré, te, no voy a castigarte... No llores, espera.

Jungkook no sabía exactamente qué hacer, es decir, había estudiado un poco de primeros auxilios y algunas otras cosas por si lo necesitaba en las expediciones a las que iba, pero nunca había llegado a lastimarse por lo que no se había visto en la necesidad de utilizarlo, al menos no hasta ahora.

Agradecía que las cosas de primeros auxilios siguieran en su lugar, pues apenas las tomó corrió de regreso a la cama donde un muy asustado peliblanco lo miraba. No comprendía a qué se debían los cambios en su color de cabello, pero tampoco iba a detenerse a pensarlo cuando la cama estaba ya llena de sangre al igual que la manta que había sido arrojada al costado de la cama.

-Tranquilo, dame tu mano por favor. -Intentaba sonar suave aun cuando su voz temblaba a causa del nerviosismo que sentía, escuchando a sus espaldas los pasos de Hoseok quien bastante asustado veía la cantidad de sangre. Pero no quería llamar a Jin, es navidad y lo había hecho venir suficientes veces.

-Jungkook ¿Y si llamamos a una ambulancia? - Preguntó aterrado, escuchando al instante la negativa de su hermano quien le aseguró que no era un corte profundo, pero al ser la palma de la mano eso causaba que la sangre saliera de esa manera.

Hoseok siempre les había tenido pavor a todos esos temas, se recordaba a sí mismo ayudando a Seokjin a estudiar para sus exámenes sin importar que por dentro estuviera muriendo de ansias al ver las imágenes de los libros o del internet. Pero ahora era diferente, no lo estaba viendo de libros sino e persona.

-No me lastimes, por favor...

La voz de Taehyung sonaba frecuentemente en el aire con la misma plegaria una y otra vez, sollozante y débil frente a ellos, parecía un pequeño niño asustado, o al menos así lo vio el mayor de los tres desde la puerta, llevando su mirada a su hermano quien curaba con cuidado la herida, notando que hacía un par de puntos y se preguntaba dónde o cuándo es que habría aprendido aquello.

-No te voy a lastimar, no llores dulzura. Todo está bien...

Las palabras suaves de Jungkook sumado a la cuidadosa curación parecían tranquilizar al peliblanco cada vez más, sus plegarias fueron disminuyendo hasta que no fueron más que sollozos ahogados y pequeños espasmos que hacían su cuerpo temblar. Mientras que por su parte Jungkook estaba tan concentrado en sanar y dar paz al joven, que ni siquiera era consciente de la cantidad de dulces apodos que escapaban de sus labios.

-Listo, está cerrado y no dolerá por la anestesia local, pero si te duele mucho debes de decirme ¿Bien, cariño? Y yo te pondré nuevamente algo para que no duela.

-S-Si...

No hubo más respuesta, su mirada se desvió hacia la foto que estaba ahora manchada de sangre a su costado, sollozando cuando el olor de la sangre mezclado con otra esencia llegó a sus fosas nasales. Llevando apenado su mirada a los hermanos quienes denotaban autentica preocupación, pero no sabía si eso le hacía sentir mejor.

Rastros en el abandono (VKook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora