Rastros en el abandono (VKook)

006

24 de diciembre…

— ¿31120606TB?

Me encontraba frente a la computadora, había pasado toda la noche buscando como incógnito alguna información sobre ese tatuaje: Ex convictos, personas buscadas, personas perdidas… Nada.

Dejé mi cuerpo deslizarse en la silla, rendido al no encontrar absolutamente nada, optando por cerrar la computadora al sentir mis ojos arder ante la cantidad enorme de horas que pasé buscando una respuesta.

Dos suaves toques en la puerta me alertaron de la presencia de Hyung, girando mi cabeza cuando la puerta se abrió, notando su mirada de desconcierto.

—¿No has dormido nada?

—No…

No podía negarlo, estaba preocupado por un desconocido. Y mi hermano lo notaba, después de todo, siempre he creído que él me conoce mejor de lo que yo puedo conocerme.

—Toma un baño, hagamos las compras para la cena de hoy y después prometo que te ayudaré a buscar si es que aparece en algún sitio de personas desaparecidas ¿Bien?

—Pero ¿Y si algo sucede? ¿Y si despierta y se asusta y se va?

—Están las cámaras… Tal vez no en la habitación de papá y mamá, pero sí en las entradas y la sala.

¿Cámaras? ¿Hay cámaras? El recuerdo de la mochila me hizo clic en la cabeza, podía ver lo que había sucedido esa noche.

—¿T-Tu tienes el acceso?

Pregunté intentando no sonar tan ansioso, su risa causando que me sienta aún más desesperado alno saber si era una respuesta negativa.

—¡Claro! De hecho soy el único que sabe que hay, o al menos hasta ahora… es decir… Papá y mamá dijeron que hace poco se habían intentado meter a robar y como esta casa es relativamente nuestra, deseaba que estuviera segura. Pero desinstalé la aplicación hace una semana, necesitaba espacio para un documento algo grande.

Tendió su celular en mi dirección después de dar un par de toques en la pantalla, viendo la aplicación junto al usuario y la contraseña, la cual ni siquiera dudé en enviarme por mensaje, comenzando a instalar la aplicación.

—Pero no te demores en eso, Kook.

—No lo haré, en diez minutos estaré listo.

Prometí sin despegar la mirada de la pantalla, ansioso por que se instale la aplicación.

—Bien… Pronto.

Y la puerta se cerró, yo me puse de pie a prisa, dejando el celular en proceso de instalar la aplicación. Debí contratar internet para la casa pues es demasiado lento descargarlo así.

Tomé el primer conjunto abrigado que pasó por mi camino, corriendo dentro del baño para así tomar una ducha rápida, no debía tardar más de diez minutos pues sé lo puntual que es mi Hyung. Y pasados casi nueve minutos yo intentaba poner la ropa que no entraba gracias a la humedad de mi cuerpo, suspirando frustrado, aunque logrando hacerlo, tomando mi celular y corriendo abajo donde ya estaba Hyung.

—Diez minutos.

Hablé entre una suave risa cargada de agitación.

—Diez minutos.

Respondió entre una sonrisa, notando que tomaba las llaves del auto y finalmente salía de la casa, yo tan solo seguí sus pasos, no sin antes colocar llave a la puerta, no quisiera que el chico se vaya si es que despierta. Pasó la noche y tengo la esperanza de que despierte en algún momento. No sé quién sea, pero nadie merece estar en esa condición.

—Tu cinturón…

Me recordó tras entrar al auto y yo asentí entre una sonrisa, haciendo lo que me pidió, sintiendo que arrancaba el auto, agradeciendo el momento en que la aplicación estuvo instalada, introduciendo los datos y esperando no muy pacientemente a que abra.

—No creo que despierte, Kook. Apenas y está vivo.

—Solo… No quisiera que despierte y vuelva al frío invierno, volverá a nevar hoy y no quisiera que muriera esta vez.

No mentía, de cierta forma desde que lo vi me generó demasiada curiosidad, aunque en ese momento estaba empañada por la preocupación y el miedo de haber encontrado un cadáver, aunque claro, resultó no ser un cadáver. Pero había tenido en verdad tanto miedo porque recientemente había sucedido lo de mi mochila... Llegué a creer que había sido una advertencia o algo así.

—Solo no quisiera que te encariñes de un vagabundo, pequeño.

No es un vagabundo, estoy seguro. Aunque claro que no lo dije, simplemente volví a las grabaciones de hace dos días, intentando recordar la hora a la que fuimos de compras, el sol ya se había ocultado. No debía ser antes de las siete.

Intenté que el video fuera lo más rápido posible, al menos hasta que percibí movimiento en la toma, deteniendo este sin dudar. La toma no era totalmente nítida, la persona parecía moverse bastante rápido pues la cámara apenas y podía dar una imagen decente de sus movimientos.

Sin embargo, tampoco era lo suficientemente borrosa pues juraba identificar un delgado cuerpo desnudo, una persona de cabellos blancos; mi rostro seguro estaba pálido pues veía a ese chico, el mismo chico que había encontrado moribundo. Estaba desnudo frente a la puerta de la entrada, o al menos lo estuvo por un momento antes de saltar ¡Él saltó al balcón!

El nudo en la boca de mi estómago tan solo crecía cada vez más, una sensación fría me recorría, viendo al desconocido bajar las escaleras, deteniendo sus pasos en la sala, siendo iluminado por la luz de la cocina, pues la única que habíamos dejado encendida. Llevaba entre sus manos mi mochila, sin embargo, apenas entró a la cocina no pude seguir viendo más pues salió del alcance de la cámara.

No hubo movimiento durante un largo tiempo, a menos hasta que Hyung y yo llegamos a casa en el auto y él sale por la puerta de atrás.

—Deberíamos cambiar el cerrojo de la puerta de atrás…

Hablé sin pensar, repitiendo un par de veces el video, justo en la parte en la que salta al balcón sin problema alguno ¿Cómo puede estar muriendo ahora si ayer de un salto hizo eso?

—¿Cambiarla? Pero si es totalmente segura, Kook. Sólo se abre desde dentro, lo sabes. Da al jardín compartido y todos respetan eso.

Si… No todos.

Pero tampoco iba a decirle a mi Hyung lo que había visto sabiendo lo asustado que puede llegar a ponerse, prefiero solo creer que fue un acontecimiento extraño. Pero ¿Cómo si quiera puede ser un acontecimiento extraño el hecho de que el mismo chico que está desmayado en cama de mis padres sea el mismo chico que dio un salto que lo llevó al balcón?

—Solo… Si vamos a estar aquí el resto de las vacaciones deberíamos asegurarnos.

Y lo escuché reír, negando con algo de diversión.

—Y dices que soy yo el paranoico…