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…25 de diciembre…

—Feliz Navidad, Kook…


—Feliz Navidad, Hobi Hyung. Gracias por ser el mejor hermano del mundo.


Las palabras sumadas al abrazo cálido de su hermano causaron que los ojos de Hoseok se llenen de lágrimas, asintiendo un poco mientras lo abraza. Lo había extrañado profundamente, cada día que Jungkook estuvo lejos suyo representó un infierno para el mayor, pero no podía ser egoísta y pedirle volver cuando su hermanito estaba cumpliendo sus sueños. Hoseok podía resistir… Él siempre podía.


—¿Por qué no vamos arriba? Ya ha amanecido hace un rato y Taehyung no ha despertado, tal vez tenga hambre.


—Cierto, podemos llevarle un poco de recalentado, anoche parecía que le encantó, se comió lo dedos porciones. Seguramente es porque supo ver lo deliciosa que es tu comida, Hobi Hyung.


El mayor dejó una risa escapar, negando con diversión y aprovechando para tallar sus ojos una vez que su hermanito dejó de verlo, no iba a llorar y arruinar la navidad de su hermano, además de ser la primera Navidad que pasan justos desde que Kook se fue a estudiar al extranjero. Quería disfrutar de eso.


—Mejor sube y ve si ya despertó. Mientras tanto yo caliento todo y subo el desayuno para los tres en un momento.


Su menor asintió lleno de emoción, subiendo las escaleras de dos en dos para llegar a la antigua habitación de sus padres, aquella que ahora era ocupada por aquel desconocido. Una vez que llegó ahí abrió la puerta, entrando a la habitación que se mantenía levemente oscura pues las cortinas no permitían el total paso del sol, ahora comprendía por qué el pelinegro no había despertado.


—Taehyung, es hora de despertar. Hobi Hyung pronto traerá el desayuno.


Un pequeño gruñido fue la única respuesta que obtuvo, llevando su mirada a la cama donde sólo las piernas del chico se asomaban de debajo de la manta, Jungkook vio nuevamente aquella extraña numeración en su piel.

31120606TB…


—Debe haber un significado. - Jungkook estaba convencido de eso, pero ¿Qué significaba? Podía preguntarle, después de todo debía ser un tatuaje con alguna fecha especial de por medio.


El cuerpo blanco se movió entre las sábanas, gruñendo entre suspiros mientras estiraba su cuerpo, quitando las mantas de su cabeza solo para dejar ver ante la atenta mirada del menor sus revoltosos cabellos negros, juraba que se veían aún más negros que la noche anterior.


—Buenos días – Habló nuevamente el castaño, obteniendo la azul mirada de su contrario quien le regaló una sonrisa adormilada antes de tallar sus ojos.


Para Jungkook todo aquello era un paisaje utópico, el rostro levemente hinchado del chico, sumado a su revoltoso cabello, sus labios un poco hinchados y esos azules ojos debían ser la mayor obra de arte que en su vida haya visto. Mientras que para Taehyung quien se sentía más tranquilo después de comer y dormir lo suficiente, el menor parecía un ser diferente a todos los seres que él vio durante tanto tiempo, incluso juraba que esos ojos enormes y brillantes ya los había visto antes.

Rastros en el abandono (VKook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora