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26 de diciembre...

—Tal vez lo mejor sea solo dejarlo descansar.

La respuesta había sido inconsciente después de escuchar a los hermanos discutir con Seokjin sobre lo mejor para el desconocido quien estaba inconsciente sobre la cama.

Sus cabellos blancos perdían poco a poco el color, las puntas comenzaban a volverse negras mientras que el resto de su cabello seguía de un color blanco deslumbrante. Namjoon jamás habría pensado en conocer a la persona dueña del increíble ADN que había visto gracias a Seokjin.

—Pero sabes que puede ser peligroso, Joonie. -Seokjin estaba preocupado por los hermanos, claro que sí pareja lo sabía. Pero a pesar de saber lo terco que era su chico, parecía que se había llegado a topar con un par de hermanos aún más tercos.


—Tamamos porque eres la única persona de confianza que conocemos, Jinnie. No podemos deshacernos de él -Hoseok había repetido eso tantas veces para Seokjin que parecía estarlo leyendo de algún tipo de libreto.


—Ni siquiera estás seguro, Hoseok.

—Lo estoy, estoy totalmente seguro de eso. Quiero ayudarlo y Jungkook también quiere hacerlo, él parecía aterrado.

El mayor de todos no comprendía la razón de tanto desespero, querer ayudar a un desconocido es un enorme acto de bondad, sin embargo, para Jin esto no era nada más que un acto suicida pues este desconocido era tan peligroso.


No quiso decir más, terminó de colocar la intravenosa en el cuerpo del chico, sintiendo la atenta mirada de sus tres acompañantes. O bueno, de los dueños de la casa y su pareja.

Jungkook no se había movido ni un solo centímetro desde que ese doctor llegó, estaba seguro de que intentaría lavarle el cerebro a su hermano, pensamiento que si bien habia acertado, ignoraba el hecho de que el mayor no lo hacía con ninguna intención mas que cuidar de ellos.

Su espalda estaba apoyada contra la cabecera de la cama, sentado al lado del cuerpo desnudo del chico que se había encargado de cubrir con un amante azul, se negaba a que lo vieran desnudo también. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, su pierna izquierda estaba sobre la contraria y aunque intentaba mantener una respiración suave y tranquila el solo hecho de haber discutido hace un momento con Seokjin lo había alterado.

Sin embargo y aunque parecía estar atento a todo lo que le hacían al pelinegro, su mente divagaba sus palabras llenas de terror y en lo que había descubierto.

¿Sus padres habían sido capaces de hacer dichas atrocidades? ¿Ellos en verdad llegarían a lastimar a alguien de aquella manera?

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que ni siquiera se dió cuenta del momento en que su hermano salió, acompañado de Seokjin quién se había dado cuenta del enorme malestar en su rostro.


—Hos... -Llamó Seokjin con dulzura, tomando la mano izquierda del chico quien parecía perdido.— Sabes que te conozco, y porque te conozco sé que algo no anda bien contigo.


Hoseok sentía su pecho presionado, después de tantos años volvía a sentirse asfixiado a tal punto de jurar que podía tener nuevamente uno de esos ataques de pánico. Uno de esos ataques que tanto odia pues de siente impotente cada que suceden.

Rastros en el abandono (VKook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora