004

231 40 20
                                    

Estaba totalmente seguro de lo que había hecho ¿o no? ¿y si solo pensé en dejar la mochila?

Me sentía levemente mareado ante tantas ideas y preguntas que inundaban mi mente, no era miedo, claro que no. Solo… ¿Dudas?

Debí haberme sentido tan emocionado con dicho hallazgo que no pensaba correctamente en lo que hacía. No había otra explicación, mucho menos para que la mochila haya aparecido dentro de casa cuando todo había quedado cerrado.


— ¿Sigues dormido?


Al escuchar la voz de Hyung fui consciente de la hora, había amanecido ya y yo seguía perdido en mis pensamientos. No había descansado más que una o dos horas debido a que mi pecho no dejaba de sentirse pesado.


—No… Desperté hace un rato.


…23 de diciembre…


—Ya que ayer tomamos el día libre, pensaba en que podíamos visitar hoy el acuario del lugar, seguro es igual de interesante que el resto, y podemos ver todos esos animales nuevamente, tal vez incluso obtener algunas muestras para evaluar cuánto tiempo llevan en ese estado.


Su propuesta me hizo suspirar, ayer me había negado a ir debido a que me sentía temeroso, le había dado la excusa de descansar y adornar la casa con las pocas cosas navideñas que habían dejado mis padres en el armario bajo la escalera.


—Suena bien. - Intenté dar una sonrisa, viendo sus ojos. Claro que estaba muriendo de curiosidad, pero ¿Cómo le dices a tu hermano paranoico que seguramente alguien nos siguió a casa y entró? – Podemos pasar comprando las cosas para la cena de noche buena.


Pero su rostro perdió la sonrisa por un momento.


—Sabes que no deseo llevarme el auto, Kook. No quisiera que suceda algo y nos identifiquen.


Ciertamente, los días pasados que visitamos el zoológico él se había negado a llevar el auto, pues decía que cualquiera podría identificar la matrícula.

Se tomaba bastante en serio eso de estar cometiendo algo ilegal.


—Bien, entonces hay que vestirnos rápido para alcanzar el siguiente bus – Hablé rendido, no iba a discutir con él cuando me está acompañando y cuando hizo todo esto para mí.

ººººººººººººººº

Como si de una advertencia se tratase, apenas bajamos del bus comenzó a caer nieve sobre nuestras cabezas, mi Hyung se veía sumamente encantado de ver cubierto de nieve el zoológico y tener ese paisaje solo para nosotros. Por mi parte, me sentía cada vez más nervioso a cada paso que dábamos.


— ¡Kook!


Un grito de su parte me hizo saltar en mi lugar, girando al instante mi cuerpo en su dirección, reocupado de que haya visto algo, de que haya sucedido una desgracia o cualquier destino catastrófico…

Definitivamente debo dejar de leer todas esas historias de terror, parecía que nada pasaba y él aun así tenía cara de pánico.


— ¿Qué sucede?


La pregunta estaba cargada de preocupación una vez que comenzó a correr dentro del zoológico, por aquellos amplios caminos que sabía nos guiaban a la jaula de los tigres, o en este caso a la jaula de las momias.


— ¡Está nevando! ¡Se van a mojar los animales y se echarán a perder!


Solo entonces caí en cuenta de aquello, no dudando en correr tras sus pasos, el frío en el aire quemaba mi garganta, juraba que aún a través de la gruesa chamarra se colaba el frío, pero mis pasos se detuvieron poco antes de llegar a la jaula, viendo a mi Hyung alejarse hasta entrar en el pequeño edificio, por mi parte, mi mirada se mantuvo en un punto fijo entre las plantas.

¿Eso era un brazo?

Mi corazón se aceleraba cada vez más, a cada paso que daba más y más cerca, definitivamente era un brazo.


—Hyung…


Mi voz salía tan ahogada que apenas y la escuchaba yo mismo, pasando saliva al acercarme más a lo que debía ser un cadáver, sin embargo, grande fue mi sorpresa al encontrarme con el resto del cuerpo de un joven chico detrás de aquellos arbustos.

El brazo se convirtió en un limpio y etéreo torso, y ese torso en un rostro de rasgos definidos que cabellos blancos cubrían levemente, ni hablar de la parte inferior de su cuerpo…


…Estaba desnudo.


Muy desnudo.


No había nieve cubriendo su cuerpo y sus pasos seguían marcados entre la poca nevisca acumulada en el piso. Y aunque hace un momento juraba que era un cadáver, al notar que su pecho se elevaba levemente tomé el valor de acercarme, tocando su pecho el cual estaba apenas tibio.


—Oye…


Algo asustado de lo que le pudiera pasar al chico quité de mi espalda la mochila, dejando esta en la nieve para así acercarme y tomar sus dos brazos, jalando su cuerpo de entre aquel escondite, al menos hasta dejarlo al lado de mi mochila, sacando uno de los dos abrigos que traía en ella, buscando mover su cuerpo lo suficiente como para vestirlo con él.


— ¡Jungkook! ¡Jungkook las momias no est…


Sus gritos se detuvieron apenas me vio, tal como lo hicieron sus pasos. Sus ojos estaban abiertos de más.


— ¡Hyung, tenemos que ayudarlo, está muriendo de frío!


Él parecía no reaccionar y yo a como pude y recordando aquellos primeros auxilios que me enseñaron en la escuela lo tomé en la espalda. Su cuerpo era liviano aun cuando juraba que era ligeramente más alto que yo. Pero era de esperarse cuando las costillas se le veían aun a través de la piel.


— ¿Q-Qué se supone que haremos?


Tartamudeó mi Hyung siguiendo mis pasos, yo no me detuve a verlo para responder.


—Llevarlo a casa y llamar a un doctor.

Rastros en el abandono (VKook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora