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—Taehyung…

El castaño saboreó el nombre entre sus labios, claro que ya había escuchado ese nombre con anterioridad, sin embargo, le seguía pareciendo llamativo, por lo que se dio a la tarea de recitar el nombre una segunda vez antes de seguir con su pequeña encuesta ahora que sabía que el chico no era mudo.

—Taehyung… ¿Por qué estabas en ese lugar? Estabas desnudo, pudiste haber muerto de frío. Si no te hubiera visto seguro que estarías enterrado bajo nieve justo ahora.

No era un regaño, Jungkook tampoco planeaba que sonara así pues sabía que no tenía autoridad o derecho para regañar al pelinegro, tal vez solo expresaba su preocupación de manera errónea, pues el delgado cuerpo sobre la cama se hizo pequeño al elevar sus hombros, desviando su mirada como un pequeño niño regañado, robando un suspiro de los labios de su acompañante.

—En que ahí vivo- Respondió sin más, causando que la sorpresa manche el rostro de Jungkook, sintiéndose nuevamente intimidado por el joven chico que no dejaba de mirarlo. Intentando quitar un poco de la atención por lo que buscó una nueva aclaración para hacer- No habría muerto, yo te vi ahí…

Pero sus palabras se fueron desvaneciendo en el aire, como si lo que estuviera diciendo fuera la peor de las confesiones cuando no lo era. Su corazón estaba acelerado mientras su débil y delgado cuerpo apenas y soportaba el estar despierto, los mareos ocasionales golpeaban su cabeza y se sentía un tonto por no poder prestar total atención a su investigador.

"¿Es peligroso? ¿Va a dañarme? ¿Va a devolverme?"

Un sinfín de pensamientos llegaban y se iban de la mente del pelinegro, su corazón bombeaba sangre con cada vez más rapidez, estaba aterrado y no debía de demostrarlo. Si algo había aprendido con el paso de su vida siendo un “fenómeno” es que no debe de demostrar miedo, de otra manera abusarán de su debilidad.

—¿Tú fuiste quien juntó las momias de los animales en la jaula del tigre?

Una nueva pregunta que el pelinegro no pudo negar, tampoco escomo que hacerlo tuviera algún sentido después de todo.

—Ellos tenían frío y estaban solos. Además, debía esconderlos de las personas malas para que no les lanzaran cosas ni los lastimaran.

Jungkook n lograba comprender las palabras del chico. No comprendía qué personas malas podían existir para hacer eso. O al menos por un largo rato sus neuronas parecían no pasar información unas con otras, cayendo en cuenta de que las “personas malas” debían ser los visitantes que iban al zoológico… ¿Pero que no eso fue hace demasiado tiempo antes de que cerraran? ¿Acaso este chico hablaba del pasado?

—¿Qué personas malas? –Se atrevió a preguntar, sin embargo, Taehyung solo evadió su mirada, negando con su cabeza mientras con su mano se acariciaba el brazo a sí mismo, como intentando darse calma. Acción que Jungkook supo interpretar correctamente por lo que desvió el tema al menos por ahora. - ¿Por qué me seguiste a casa?

La voz del castaño temblaba levemente, aunque no totalmente por miedo, sino, por los nervios de obtener una respuesta que le causara sentir ese miedo que intentaba dejar de lado. Buscaba convencerse de que ese chico solo era desafortunado y que necesita ayuda. Nada alejado de la realidad.

Por un momento Taehyung desvió la mirada, nunca se había visto en la necesidad de mentir en su vida, por lo que le resultaba difícil pensar una buena excusa y sabía que estaba tardando demasiado en responder ¿Lo golpearía si no responde lo que Él desea?

—Quería comer…

Aunque la respuesta fue corta y concisa, no era una mentira. Sin embargo, la interpretación de ambos estaba errada, pues mientras Jungkook suspiraba al suponer que solo había entrado a su casa para robar comida, Taehyung sabía que había ido ahí nublado por su apetito en busca de comerse al par de chicos del zoológico. Al que no admitiría ahora con el estómago lleno y la sensación de calidez que rodeaba por primera vez su cuerpo. No estaba en una jaula, no estaba a la intemperie, no moría de inanición.

Un par de pasos se escucharon en el pasillo, acompañados de dos voces que hablaban lo suficientemente bajo como para que Jungkook no escuchara lo que decían, sin embargo, los sentidos mucho más agudos del pelinegro lo hicieron mantener su mirada en la puerta mientras su cuerpo de forma involuntaria se encogía sobre la cama, tensando su cuerpo cuando la puerta se abrió.

Él los había escuchado y estaba seguro de lo que habían dicho, entonces ¿Por qué los rostros de las dos personas que llegaban no parecían malos?

Hoseok apareció tras la puerta, acompañado de Seokjin quien veía con sorpresa al chico sobre la cama. Hoseok no le había mentido en lo absoluto, el chico pálido ya no tenía los cabellos blancos. Por un momento, aunque se había sentido consternado ante la repentina llamada de Hoseok diciendo que algo raro le sucedía al chico, había dejado a Namjoon preparando la cena para navidad mientras él iba a atender la emergencia del desconocido.

—Hola, soy Kim Seokjin. Puedes llamarme Jin – Su presentación fue corta, pero con voz amable, Jungkook bufó por lo bajo, captando la atención del chico sobre la cama quien, tras verlo con aquellos enormes ojos azules un poco más abiertos de lo normal, terminó por imitarlo, aunque un poco más bajo. – Voy a revisar tu cuerpo ¿está bien? Es increíble que estés despierto tomando en cuenta las condiciones en que estabas ¿Cuánto tiempo tenías sin comer correctamente? ¿Has estado en la calle? ¿Qué fue lo último que comiste?

Las preguntas lo mareaban aún más, intentaba encontrar respuestas a cada una de ellas pues ni siquiera Él sabía que había pasado tanto tiempo.

—La última vez comí pez gigante, pero sabía mal y vomité mucho.

Jungkook se mantenía en silencio, suponiendo que aquellas palabras llevaban un trasfondo que no conocía y que aún con su enorme imaginación no lograría imaginar. Podía notar ahora el malestar del chico, lo veía temblar, su piel se erizaba después de ser recorrido por escalofríos frecuentes. ¿Por qué le preocupaba tanto un desconocido? Una pregunta que rondaba su mente más veces de las necesarias, dejando de lado la verdadera interrogante ¿Quién y qué era ese chico?

—¿Sabes si era pez del día? Algunos vendedores estafan a las personas y venden carne de días anteriores, pudiste haber denunciado eso.

Ninguno de los dos hermanos hablaba, cada uno veía en silencio a la persona de su interés. Hoseok se dedicaba a ver a su exnovio trabajando y siendo profesional una faceta tan diferente a la que él conocía, mientras que Jungkook veía a Taehyung, la forma en que su cuerpo estaba expresando su malestar.

—No lo sé… Estaba muerto.

—¿Y vegetales? ¿Cereales? ¿Alguna proteína? Tu delgadez no es normal ¿Tienes alguna enfermedad degenerativa?

—Agua.

—¿Cuántos años tienes? – Decidió Seokjin cambiar de conversación para comenzar a llenar su ficha de trabajo.

—¿Cinco?...





¡Hola, ángeles! No imaginan lo feliz que me siento de saber que la historia les está gustando y ver que tanto en wattpad como en inkspired esté recibiendo tanto amor, por lo que hoy en lugar de publicar dos capítulos haré un pequeño maratón como agradecimiento.

¡Espero que su fin de semana sea totalmente disfrutable! ¡Les quiero!

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Rastros en el abandono (VKook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora