9. Cita romántica

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El silencio se extendió por la habitación y la tensión se podía cortar con un cuchillo. Solamente el sonido de la puerta del baño, que se abrió cuando Kazuha salió de él, rompió el momento. El del mechón rojo miró alrededor y frunció el ceño, notaba el ambiente raro y no entendía por qué.

—¿Qué pas-

—¿Va en serio? —Aether fue el primero en hablar, cortando la pregunta de Kazuha—. ¿Se te ha ido la olla? ¿Con tu padrastro?

Xiao no pudo responder, pues su vista se dirigió a aquel chico que no conocía de nada.

—¿Quién es?

—Es... un amigo —respondió Scaramouche—. Es de confianza, lo prometo.

Xiao rodó los ojos y se separó para dejarse caer en uno de los puf. Necesitaba sentarse. Pronto todos lo hicieron a su alrededor, expectantes.

—Sí, me he acostado con mi padrastro y siento que esa sea la primera información que tengas sobre mi, soy Xiao... un placer, supongo —dijo mirando a Kazuha.

Kazuha disimuló una sonrisa. Los demás parecían entre curiosos y preocupados, pero a él le hacía bastante gracia la situación.

—Encantado. ¿Tú eres el que estaba desaparecido, no? Tenía ganas de conocerte —comentó Kazuha en tono despreocupado—. Nos hemos visto antes, en el club. Bueno. Más bien yo os he visto actuar.

—Ya me acuerdo de ti, Scaramouche estaba todo el día pensando de que le sonabas, lo tenías en vilo.

—T-tampoco para tanto —respondió el mencionado—. Pero bueno, ya haremos las presentaciones después. ¿Estás loco? Te saca como quince años.

—Además, es tu padrastro —comentó Aether, señalando lo obvio—. ¿Tu madre lo sabe? ¿Por eso te escapaste?

Xiao fue consciente entonces de que ellos no sabían por qué se había ido. Decidió empezar por el principio cuando su corazón se calmó un poco y su respiración se acompasó. Había llegado corriendo y el hecho de que le bombardeasen a preguntas no le estaba haciendo bien.

—Me fui por eso, porque no quería que mi madre me alejase de vosotros, lo de Zhongli es otro tema —confesó y soltó un leve suspiro—. No sabía dónde ir y se me ocurrió ir a su casa, al principio apenas nos veíamos, pero... me lleva gustando más tiempo del que me gustaría admitir.

Aether se quedó callado, pensativo. Eso le hacía volver atrás, a la noche en que Zhongli estuvo un rato en la fiesta con ellos. Por entonces él aún ansiaba que Xiao se fijase en él, pero él ya tenía los ojos puestos en Zhongli. La forma en que el mayor salió precipitadamente de la casa, la actitud extraña de ambos. Ahora todo tenía sentido.

—¿Y a él le gustas? ¿Cómo surgió? —cuestionó Venti, tratando de ignorar por un momento su inseguridad causada por el silencio de su novio. No quería pensar que el tema le afectara de una manera más directa.

—Cuando vino a la fiesta aquel día lo besé —confesó Xiao y desvió la mirada—. Me ha dicho que le atraigo, pero hay muchas razones por las que no va a luchar por lo que sea que hayamos tenido. Solo voy a dejarlo pasar y esperar que decida dejar a mi madre para que no tenga que volverlo a ver por mi casa.

Nadie supo que decir. Todos estaban bastante anonadados con la noticia, sobre todo Scaramouche, que era el único que no sabía que estaba en casa de Zhongli.

—Creo que lo mejor es que hagas eso, que lo olvides y... bueno, ya no puedes deshacer lo que ha pasado, pero tampoco creo que debas decirle nada a tu madre —dijo Scaramouche—. Nosotros no diremos nada.

Llámame papi (Zhongxi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora