11. Trato

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—Aether ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi —soltó de pronto una voz conocida tras ellos. Xiao se tensó y, en lugar de alejarse de Zhongli, se abrazó a él.

—Papá, no... no es... No...

¿Papá? Esa palabra resonó en la cabeza de Zhongli y miró al hombre que ahora estaba junto a ellos. El parecido era razonable. Mierda, la había cagado pero bien. Trató de separarse un poco, al menos para poder hablar, pero Xiao parecía reacio a soltarlo.

—¿Quién es? —dijo Pervases en tono impaciente y se cruzó de brazos. Fulminaba a Zhongli con la mirada—. Dime la verdad, Xiao.

Xiao se mostró reacio a responder mientras miraba a Zhongli. Tenía los ojos brillantes pues estaba a punto de llorar. Ahora que había conseguido volver a besarlo y que sentía que tenía una posibilidad de estar con él, aquello le había caído como un jarro de agua fría.

—El hombre del que estoy enamorado, papá —respondió con sinceridad, pero sin mirar a Pervases.

La sorpresa hizo que Zhongli no pudiera responder al momento, pero esa misma sorpresa se dibujó en el rostro de Pervases y rápidamente se transformó en ira.

—¿Estás saliendo con un hombre mayor? —cuestionó y tensó su mandíbula—. ¿Desde cuándo? No me digas que estuviste con él todo el tiempo mientras tu madre y yo te buscábamos.

—Papá, no digas nada a mamá, por favor, es más complicado aún —confesó Xiao y suspiró—. No estamos saliendo... No sé cómo contarte esto.

—¿Qué está pasando? Dímelo —insistió el mayor, aunque la expresión de su hijo hizo que se esforzara por parecer más tranquilo. Suspiró pesadamente—. No se lo diré a tu madre, pero quiero saberlo. Si estás metido en un lío, Xiao, sabes que puedes contar conmigo.

—Este es Zhongli —dijo Xiao tras soltar un largo suspiro—. Es el... novio de mamá.

Si las miradas matasen, seguramente Zhongli habría acabado calcinado en ese momento después de que los ojos de Pervases se posaran en él. Su primera reacción fué la de acercarse a ellos y agarró la camisa de Zhongli por la zona de su pecho, era como un perro listo para pelear.

—¿¡Te has aprovechado de mi hijo?! Bastardo degenerado.

Zhongli agarró la muñeca ajena, intentando zafarse de su agarre. Si no respondía de forma agresiva era sobre todo por Xiao y porque sabía que lo que hizo no estaba bien.

—No me he aprovechado de él —respondió—. Nunca lo haría.

—¡Cállate! No me hagas perder la poca paciencia que me queda —exclamó Pervases con los ojos encendidos por la rabia.

—¡Papá! En todo caso he sido yo, he sido yo el que lo ha buscado —exclamó Xiao—. Estoy enamorado de él, ha sido culpa mía...

—¿Pero qué dices? —Pervases miró a su hijo con incredulidad—. No lo defiendas, Xiao. Este hombre literalmente podría ser tu padre. ¿Quieres que me crea que no se ha aprovechado?

—No se ha aprovechado, he sido yo en todo momento —respondió el más joven—. Sé que podría ser mi padre y que esto es una locura, pero he sido yo, yo fui a buscarlo cuando mamá dijo que no podía seguir con el grupo porque ha sido el único que ha entendido mi pasión por la música.

El agarre se aflojó mientras Pervases seguía mirando a su hijo y suspiró pesadamente. Había una conversación pendiente y ya no podía esperar más.

—Hijo, entiendo tu pasión por la música —respondió en un tono más paternal y terminó soltando a Zhongli—. Pero lo que habéis hecho no está bien y él siendo mayor debería saberlo. No me fío de este tío.

Llámame papi (Zhongxi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora