16. Huracán

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Al igual que todo lo que Aether poseía, la casa de campo de sus padres era imponente. Parecía de exposición debido a lo poco que se utilizaba y lo poco que iban allí en familia. Scaramouche ahora tenía una buena casa y dinero con el que permitirse sus caprichos, pero no llegaba a ese nivel. Venti silbó y miró a su novio para tomar su mano.

—¿Nos casaremos aquí? El jardín es más grande que cualquier recinto que haya visto, podemos invitar a toda la ciudad.

—¿Ya estáis pensando en boda? —bromeó Scaramouche—. ¿Y los bebés cuándo?

—¿Bebés? Mucho trabajo. Prefiero tener a Venti solo para mí todo el tiempo —bromeó Aether y miró a su chico con una media sonrisa.

—Me gusta como suena eso...

Venti abrazó el cuello de su novio y besó sus labios como si el resto de sus amigos no estuvieran allí.

—Kazuha ¿y si nos vamos? —bromeó Scaramouche—. Van a follar en nuestra cara.

—Espero que no, la verdad —le siguió la broma y besó la mejilla de Scaramouche—. Aunque no me importaría ir a ver nuestra habitación.

—Y luego decís de nosotros... —Venti soltó una risa y tiró de la mano de su novio—. ¿Nos enseñas la casa?

Aether asintió y les llevó por las distintas estancias de la casa. Había varias habitaciones, no solo en las que iban a quedarse las dos parejas ese fin de semana. Dos baños, un salón y una cocina enorme totalmente equipada. Un desván preparado con una pequeña mesita y asientos cómodos que Aether había acondicionado como sala de juegos. Incluso tenía un futbolín. Una chimenea en el centro del salón, era el corazón de aquella casa tan hogareña. Toda la decoración era rústica y a la vez se notaba que estaba recién reformado. Y en la parte exterior había un par de porterías para jugar al fútbol.

—La verdad es que es una pasada —comentó Kazuha.

—¿Y dices que no venís? Me quedo yo con ella si quieres —añadió Scaramouche.

—Sigue soñando —bromeó el rubio y le dio un golpecito en el hombro a su amigo antes de reír—. ¿Os apetece comer algo?

—Yo he traído chucherías —dijo Venti—. Podemos jugar a algo o ver una peli.

—Me apunto —dijo Kazuha—. He traído un par de juegos de mesa. ¿Habéis probado el "Virus"?

Todos asintieron, pues era un juego bastante conocido al que habían jugado en numerosas ocasiones en grupo, aunque ahora Xiao no estaba que era a quien pertenecía el juego.

—Lo tiene Xiao, pero nos ha cambiado por el cuarentón —bromeó Venti.

—La verdad es que nunca lo había visto así —comentó Aether y tiró con suavidad de Venti para que se sentara en su regazo. Todos estaban ya acomodados—. ¿Qué creéis que pasará cuando Xianyun se entere?

—No lo sé, pero bien no se lo va a tomar —dijo Scaramouche—. A ojos del mundo va a seguir siendo turbio, se llevan muchos años, seguro que Xianyun piensa que se ha estado aprovechando de él.

—Yo no lo veo tan mal, si se quieren... Además, Xiao es mayorcito, ¿no? —comentó Kazuha, quien era el único que no conocía a Xianyun y tenía una opinión mucho más imparcial.

Scaramouche no dijo nada más, pues estaba claro que Kazuha era el que menos sabía acerca de la historia de esos dos. Ya se lo contaría más adelante.

—Bueno, vamos a olvidarnos de ello y vamos a disfrutar nosotros —apuntó Venti—. Voy a por platos para las chuches.

—Me parece bien —dijo Aether, quien tampoco tenía ganas de seguir la conversación. Besó la mejilla de su novio y le soltó para que se levantara, aunque luego él también lo hizo. No iba a dejar que se ocupara de todo solo—. Podéis ir preparando el juego.

Llámame papi (Zhongxi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora