15. Amor

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La semana pasó rápido y, por suerte, Xianyun se creyó la excusa debido a que sus amigos habían planeado también una escapada para ese fin de semana. Xiao pudo respirar, aunque tuvo que montarse en la furgoneta de Scaramouche hasta que llegaron al punto de encuentro que había acordado con Zhongli para no levantar sospechas. Su madre y su padre estaban muy unidos aquellos días y supuso que era una de las razones por las que no le ponían pegas para nada, querían pasar tiempo a solas.

—¿Dónde está tu sugar daddy? —cuestionó Venti al ver cómo Xiao seguía mirando por la ventana, tenso.

—No tardará en llegar —aseguró—. Y no es mi sugar daddy, es mi novio.

—Igual hemos llegado pronto —se le ocurrió a Aether, pues ya llevaban algunos minutos esperando y Zhongli no aparecía por ningún lado.

Pero no mucho después, un coche apareció y, en lugar de pasar de largo como el resto, aparcó junto a la furgoneta. Zhongli se bajó de él, vestido de forma elegante aunque con un toque informal. La chaqueta americana abierta le daba ese toque desenfadado. Xiao bajó de la furgoneta nada más verlo, con su mochila de viaje en la mano. A sus amigos apenas les dio tiempo de reaccionar.

—Hemos llegado pronto, pensé que no venías —dijo Xiao y se acercó a su novio para dejar un beso en sus labios—. Hola.

Zhongli ni siquiera parecía sorprendido por el gesto de Xiao como otras veces. De hecho, rodeó su cintura de forma casual con el brazo y le sonrió.

—Hola, claro que iba a venir —respondió y alzó unos segundos la mirada hacia la furgoneta antes de volver a él—. ¿Listo para irnos?

—¡Cuídalo! —se escuchó a través de la ventanilla; era Scaramouche.

Xiao se sonrojó y asintió ante la pregunta del mayor antes de tirar un poco de su mano para que fueran hacia su coche. No quería que sus amigos le dejaran en ridículo. Subieron al coche y en cuanto las puertas se cerraron Zhongli no pudo evitar soltar una risita.

—¿Cómo se lo han tomado tus amigos? Lo de que te secuestre el finde, digo. —El mayor recordaba la última conversación que tuvieron y sabía que los chicos lo habían echado de menos.

—Han aprovechado para hacer una escapada a la casa de campo de los padres de Aether así que creo que no se lo han tomado tan mal —comentó mientras se colocaba el cinturón—. Tenía ganas de verte, cada vez te echo más de menos.

Zhongli arrancó el coche y se puso en marcha. Les quedaba un ratito de camino, pues su amigo no vivía precisamente en el centro.

—Eres lindo cuando te pones mimoso, ¿sabes? —dijo en tono juguetón—. Yo también te he echado de menos.

—Agh, calla... —bufó el menor y se cruzó de brazos—. No soy mimoso, solo me gusta mucho mi novio.

El mayor soltó una pequeña risa, con la vista puesta en la carretera, y posó su mano por breves instantes en la pierna de Xiao.

—También eres arisco como un gato, pero me gusta cómo suena lo de "mi novio".

Aquello cada vez iba mejor, Xiao sabía que ya no iba a poder echarse atrás porque estaba completamente enamorado de ese hombre. Soltó un suave suspiro y le miró de reojo.

—Me gustas mucho y me encanta estar contigo.

—Tú también me gustas, Xiao. Me hace ilusión presentarte a mis amigos, espero que estés cómodo —comentó el mayor, pero lo que no iba a decirle era que le había dado bastantes vueltas al tema durante varios días. Sus amigos eran mayores, igual que él. Realmente le daba algo de miedo que Xiao se sintiera incómodo. La duda se reflejó en su rostro y decidió hablar antes de preocupar al menor—. Si te sientes incómodo o quieres volver a casa en algún momento, me lo dices ¿vale? Entiendo que no sea el ambiente al que estás acostumbrado y puedes decírmelo.

Llámame papi (Zhongxi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora