17. Suegros

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El reloj parecía avanzar más lento que nunca. Ninguno sabía cuántas horas llevaban allí, pero sus ojeras eran la prueba de que no habían sido pocas. Lumine daba pequeñas cabezadas, intentaba mantenerse despierta pero le dolía la cabeza del estrés y el llanto. Junto a ella, Venti tampoco parecía querer dormir. Los demás no se separaban de su lado, habían hecho una piña e incluso Zhongli se había quedado para cuidar de los chicos.

Kazuha estaba en una esquina, apoyado en la pared después de haber dado su tercera vuelta a toda la planta. Sus ojos estaban rojos y también le dolía la cabeza.

—Esto es culpa mía —murmuró. Estaba junto a Scaramouche y la culpabilidad le comía por dentro.

—De lo único que tienes la culpa es de haber salido con un psicópata, que lo hayas dejado y se haya vuelto loco no es tu culpa —le trató de calmar Scaramouche—. Todo saldrá bien...

—Eso espero —susurró Kazuha y su voz se rompió ligeramente. Tragó saliva y miró a sus amigos. Era una mierda que el día hubiera terminado así.

Al fin, la puerta que llevaba horas cerrada se abrió y una doctora entró en la sala. Llevaba el pelo recogido en un moño y, a juzgar por su expresión cansada, pudieron adivinar que había estado muy ocupada.

—¿Familiares del joven Aether? —preguntó mirando alrededor.

Lumine abrió los ojos de golpe y se levantó de un salto antes de ir hacia ella.

—S-si, soy su hermana. —Tragó saliva, nerviosa—. ¿Está bien? ¿Mi hermano está bien?

La doctora suspiró y posteriormente asintió con la cabeza.

—Está estable. Hemos tenido que operarle de urgencias, el arma le había atravesado varios tejidos y perdió mucha sangre. Pero es un chico fuerte y se va a recuperar.

Venti soltó un suspiró de alivio y sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Necesitaba ver a Aether, pero sabía que ahora iba a ser un poco complicado y, en todo caso, dejarían entrar a Lumine antes que a él.

—¿Podemos verle? —preguntó la joven con los ojos cristalizados.

—Está en la UCI, pero podéis verlo un momento. Solo pueden entrar dos personas para evitar riesgos y debéis poneros un traje especial.

Lumine miró a Venti en ese momento. Ni siquiera lo pensó. Sabía que él tendría las mismas ganas de verlo y también tenía derecho a hacerlo.

—Entraremos los dos.

Venti se acercó a Lumine y le agradeció el gesto con la mirada. La chica siempre se había portado muy bien con él y ahora mismo quería abrazarla, pero tenía más ganas de ver a su hermano. Ambos siguieron las indicaciones de camino a la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y se colocaron las prendas esterilizadas para poder entrar.

—Gracias Lumine, necesito verlo... —murmuró Venti mientras se colocaba los guantes.

—Lo sé, y vamos a verlo —dijo la chica y le ofreció una sonrisa dulce—. No me imagino lo que has debido pasar, si yo hubiera estado ahí cuando pasó me habría desmayado de la impresión.

—Yo llamé a la policía y a la ambulancia, aunque estaba temblando —le contó soltando una risa nerviosa—. Lo amo más que a nada.

—Lo sé, Venti. Y sé que mi hermano siente lo mismo por ti —respondió y se contuvo las ganas de abrazarlo, pues ya se habían vestido y estaban listos.

Una enfermera les guió por los pasillos, incluso llevaban mascarilla puesta. Se notaba que toda medida de seguridad era poca cuando los pacientes estaban tan delicados. Por fin, llegaron al BOX donde estaba Aether. El muchacho tenía una gran venda alrededor del abdomen y estaba desnudo, aunque cubierto con sábanas. Varios cables y tubos salían de su cuerpo y estaba conectado a dos monitores, uno para su frecuencia cardíaca y el otro para su respiración. Aún estaba inconsciente y una mascarilla cubría su boca, brindándole oxígeno a través de un tubo.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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Llámame papi (Zhongxi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora