3. Primera vez

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Venti bailaba con Scaramouche, aunque con quien quería bailar estaba enredado con Xiao. No dejaban de besarse y el dolor en su pecho crecía, ya ni la droga ayudaba a aliviar esos síntomas de amor no correspondido. Scaramouche se dio cuenta de que algo sucedía, pero antes de que pudiera decir nada el chico del mechón rojo, el que parecía ser el novio del dueño del bar, se cruzó en su campo de visión. ¿De qué le sonaba?

Xiao pegó más a Aether contra su cuerpo. La droga mantenía el calor corriendo por sus venas y cada vez estaba más excitado. Los besos de su amigo eran placenteros, pero no se veía teniendo una relación con él, tan solo sentía que aquello era divertido y la diversión era todo lo que buscaba.

—Xiao... aquí hay mucha gente —susurró Aether totalmente excitado. Quería más, pero no quería que pasara delante de todo el mundo. Aún se sentía mal por haber sido rechazado y necesitaba a Xiao, era irónico pero no podía evitarlo. La droga multiplicaba todas esas sensaciones y hacía que su piel estuviera ardiendo en ese momento.

—No me importa —murmuró Xiao y mordió su labio inferior.

Scaramouche se acercó a ellos con una sonrisa y les pasó los brazos por los hombros.

—¿Podéis no dejarnos solos a Venti y a mí? Se supone que estamos en grupo.

—¿Quieres también? —preguntó Xiao.

—No he dicho es-

Antes de que Scaramouche terminase de responder los labios de Xiao ya habían impactado con los suyos. El efecto de la droga y su afán de sexo y de querer escapar del mundo le hacían actuar de manera impulsiva, pero le daba igual.

Venti había aprovechado para subirse a una especie de escenario y comenzar a bailar de manera sensual a sabiendas de que todos lo miraban. Ya le daba igual todo y el efecto de la droga producía que perdiera la vergüenza. Justo cuando iba a bajarse un chico alto y pelirrojo se subió para bailar junto a él.

—¿Te importa si te acompaño? —dijo en tono seductor y se acercó un poco más.

Aether se había alejado un paso mientras Xiao y Scara se besaban. Le dolía el pecho y tenía ganas de llorar, otra vez esos estúpidos sentimientos le estaban volviendo loco. Pero no tenía sentido, no después de todo. Buscó a Venti con la mirada y se sorprendió al verle muy pegado a ese chico.

—No, mis amigos están ocupados —murmuró en tono meloso y se abrazó al chico alto para mecer sus caderas contra él al ritmo de la música, de forma sensual—. Soy Venti.

—Yo soy Diluc —respondió el pelirrojo y puso sus manos en las caderas de Venti—. Me gusta tu estilo, te he visto antes en el escenario.

—Gracias, a mí me gusta que me dominen —soltó sin más y se dio la vuelta para poder rozar su trasero contra la entrepierna del chico alto.

—Vaya, me gustan los chicos lanzados —añadió el alto y se pegó más a él, su mano subió hasta el cuello del menor y cerró sus dedos alrededor del mismo.

De pronto Aether volvía a estar lúcido, la preocupación por Venti era más fuerte que su tristeza. Subió al escenario y se puso delante de su amigo como si nada.

—¿Quién es tu nuevo amigo? —cuestionó. No quería joderle el plan, pero sabía que no estaba bien y tampoco pretendía dejarlo a su suerte.

Venti sintió como si todo el mundo careciera de sentido y solo podía mirar a Aether. Ya no estaba con Xiao, había ido a buscarlo y eso le hizo sonreír ligeramente antes de lanzarse a abrazarlo.

—Es... ¿Diluc? Sí, eso, es sexy pero no más que tú —dijo acompañando sus palabras con una sonrisita boba.

—¿No más que yo? —respondió Aether con una sonrisa divertida y sintió la mirada del pelirrojo sobre él—. Oye, ¿quieres que nos vayamos? ¿O prefieres seguir bailando con Diluc?

Llámame papi (Zhongxi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora