Capítulo 22

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El trayecto a casa fue silencioso, Cassie se durmió a los diez minutos de viaje y Félix se unió luego de un rato. Candace iba muy seria, seguramente pensando en la plática que tendría con nuestros jefes.

Le pedí a Shawn que condujera detrás de nosotros de forma discreta, aunque me moría de ganas por ir con él, no parecía que Candace estuviera en condiciones de manejar.

Al llegar, el señor y la señora Myers estaban en la entrada esperando a nuestra llegada.

— Los niños están dormidos. —explico después de saludar.

— ¿Peter viene? —pregunta la señora Myers, pero la cuestión se responde por sí sola al verlo estacionar en la acera contraria. — ¿Podrían llevarlos a sus habitaciones?

— Candace, acompáñanos al estudio. —pide el señor Myers.

— Fue un accidente. Los niños son un imán de accidentes. —me giro para ver a la pelirroja que apenas ha salido del auto.

— No cuando los cuidas de forma responsable. —asegura el señor Myers.

— Pide a Peter que te ayude a llevar a Cassie y a Felix a sus habitaciones. por favor. Estaremos en el estudio.

Los veo entrar a la casa, todos con expresiones serias.

— Parece que le va a tocar un regaño severo. —dice Peter detrás de mí.

— Creo que será peor que un regaño. —digo, triste. — Estaba molesta por lo que sucedió, pero ahora me siento mal por ella.

— Lo importante es que los niños están bien. —asiento.

Peter me ayuda a llevar a Cassie a su habitación, y yo llevo al pequeño Félix, tal como indicó la señora Myers.

— Supongo que verá todas las luces que puse para ella en otra ocasión. —murmura, luego de acomodarla en su cama.

— Estaba insistiendo en que se sentía muy bien para celebrar. Adora su cumpleaños.

— Esperemos que eso no cambie. —acaricio la mejilla de la castaña para después dejarla descansar.

— ¿Cómo te fue con la psicóloga? —pregunta mientras bajamos las escaleras, rumbo al living.

— Buena pregunta. —no recordaba que tenía cita después de todo el incidente con Cassie. — Probablemente me extiendan el tiempo de terapia porque falté a la sesión.

— Ha sido un día muy ajetreado, seguro te lo perdonan. —me da un pequeño masaje en los hombros. — Necesitas un té, eso te va a relajar.

— Ni siquiera sabes si en esta casa hay para hacer té.

— Son británicos, tienen que ser fanáticos del té. —se dirige a la cocina a buscar en la alacena.

Pone frente a mí una cajita con sobres de té de manzanilla con lavanda.

— Te dije.

— Eso es para preparar una infusión. —frunce el ceño.

— Son bolsitas de té.

— Infusiones. —lo veo preparar todo para calentar el agua. — Un té, tiene cafeína, las infusiones no.

— Pero un té es una infusión.

— Y no todas las infusiones son té. —menea la cabeza, confundido.

— Te voy a creer porque eres una listilla. —deposita un beso en mi mejilla.

Cuando está lista el agua, busco un par de tazas para servir y preparar las infusiones. También busco algunas galletas de mantequilla, pero comerciales porque últimamente no he tenido tiempo para hornear.

Au Pair : No me sueltes || Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora