13. Sombras del Pasado.

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El amanecer llegó con una luz tenue, colándose a través de las rendijas de las ventanas de la taberna

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El amanecer llegó con una luz tenue, colándose a través de las rendijas de las ventanas de la taberna. La habitación en la que Meliodas se había quedado con TN estaba silenciosa, excepto por el sonido de la respiración de TN y el ocasional susurro de Meliodas mientras permanecía a su lado.

TN seguía inconsciente, su condición no había cambiado durante la noche. Meliodas, agotado pero decidido, continuaba aferrado a su mano, buscando una señal de vida.

A medida que el sol se alzaba, Diane, a pesar de su tamaño gigante, se encontraba afuera de la taberna, esperando con paciencia. Sabía que su tamaño impedía su entrada al interior, así que se quedó a la espera mientras el grupo se encargaba de TN.

— Diane, ¿cómo estás? — preguntó Elizabeth, al salir de la taberna para encontrarse con ella. — ¿Necesitas algo?

Diane agachó la cabeza y sonrió con gratitud.

— Estoy bien, gracias. Solo quería saber cómo está TN. No puedo entrar, así que me quedé aquí, esperando noticias.

Elizabeth asintió y, con un gesto, la condujo a una zona cercana donde Diane pudiera estar cómoda sin causar problemas. Mientras tanto, dentro de la taberna, Meliodas continuaba vigilando a TN junto con el curandero local, que estaba trabajando diligentemente para estabilizarla.

El curandero, al examinar a TN, comenzó a hablar con Meliodas y Elizabeth.

— Parece que ha sufrido una gran cantidad de estrés y agotamiento. — explicó el curandero. — Además, hay signos de una posible complicación interna que debemos tratar con urgencia.

Meliodas escuchó con atención, su preocupación aumentando mientras el curandero continuaba su trabajo. Elizabeth, que había estado ayudando a calmar a los aldeanos afectados por la batalla, regresó al interior para acompañar a Meliodas.

— ¿Hay algo que podamos hacer para ayudar? — preguntó Elizabeth, con una mirada preocupada.

El curandero levantó la vista, mirando a todos con seriedad.

— Lo más importante ahora es mantenerla estable. Necesitamos hacer todo lo posible para reducir el estrés en su cuerpo y proporcionarle una recuperación adecuada. Además, una vigilancia constante es esencial.

Con esta información, Meliodas y Elizabeth se organizaron para cuidar de TN y asegurarse de que recibiera la mejor atención posible. Mientras el curandero continuaba con el tratamiento, Diane permaneció afuera, brindando apoyo moral y esperando noticias.

Durante los momentos de espera, Meliodas se encontraba en un estado de reflexión. A medida que la luz del día se desvanecía, se dio cuenta de que debía enfrentar sus propios sentimientos y responsabilidades hacia TN y hacia el grupo.

Elizabeth, al salir para hablar con Diane, se unió a la gigante en la zona cercana. Diane se mostró preocupada y le agradeció a Elizabeth por mantenerla informada.

El Sacrificio de la Traición - Meliodas x TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora