TN traiciona a su clan para salvar a Meliodas y Elizabeth, pero su acto heroico le cuesta caro. Maldecida por las deidades, vive con un vacío emocional que la separa de todos y una magia que destruye su memoria y vitalidad cada vez que la usa. Ahora...
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El grupo regresó al pueblo después de rescatar a Ban. El doctor, al verse salvado y ver a su hija libre, les agradeció profundamente. Meliodas aceptó la oferta del doctor para una comida como muestra de gratitud antes de que se fueran.
Mientras tanto, en la taberna, el doctor se encargó de limpiar y vendar todas las heridas de TN, quien yacía en la cama de Meliodas, exhausta por la batalla y el veneno. El doctor, con cuidado, aplicaba los últimos toques a su tratamiento mientras TN descansaba.
Desde la ventana de la casa, Meliodas, Diane y Hawk observaban a TN mientras dormía.
—¿Está bien? —preguntó Meliodas, con una expresión preocupada.
—Sí, el doctor dijo que está en buena forma. Solo necesita descansar —respondió Hawk—. Su cuerpo estaba lleno de veneno, pero con el remedio que le dio, estará bien.
Hawk miró a Meliodas, notando algo inusual.
—¿Por qué está TN durmiendo en tu habitación? —preguntó Hawk, frunciendo el ceño.
Meliodas se encogió de hombros.
—Cuando llegamos, Ban se apoderó de la habitación del tercer piso, así que la única opción fue poner a TN aquí.
—¿Y dónde dormirá Elizabeth entonces? —inquirió Diane.
Meliodas sonrió, sin dejar de mirar a TN.
—Elizabeth también dormirá en mi habitación. Serán los tres juntos.
Diane y Hawk se miraron sorprendidos, claramente desconcertados por la situación.
—¿De verdad? —dijo Diane—. ¿No crees que eso es un poco... complicado?
—No es nada que no se pueda manejar —afirmó Meliodas—. Estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos.
Hawk frunció el ceño, mirando a Meliodas con desaprobación.
—¡Meliodas! —exclamó Hawk—. ¿Estás insinuando que vas a estar ahí con las dos mujeres mientras TN está herida? ¡Eso suena muy sospechoso!
Meliodas levantó las manos en señal de rendición.
—No es lo que parece, Hawk. Solo estoy intentando asegurarme de que todos estén cómodos.
—¿Cómodos? —replicó Hawk—. ¡Nunca te he visto tan relajado con una situación así!
Diane intervino con una sonrisa burlona.
—Y no es como si TN aceptara dormir en tu cama, Meliodas. ¡Ella nunca lo haría!
Meliodas se ofendió, con una expresión herida en su rostro.
—Oye, no tengo la culpa de que las cosas salgan así. Solo trato de ser un buen anfitrión.
