TN traiciona a su clan para salvar a Meliodas y Elizabeth, pero su acto heroico le cuesta caro. Maldecida por las deidades, vive con un vacío emocional que la separa de todos y una magia que destruye su memoria y vitalidad cada vez que la usa. Ahora...
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Meliodas despertó bruscamente en el mundo real, su respiración agitada y el cuerpo empapado en sudor frío. Abrió los ojos de golpe, encontrándose con Merlin frente a él. La escena del sueño aún se aferraba a su mente; la imagen de TN sufriendo bajo las sombras de las marcas oscuras era una herida abierta en su alma.
Merlin lo miró con una mezcla de alivio y preocupación. —Meliodas, estás de vuelta. Aún no he logrado sacarla de ese tormento.
Meliodas se incorporó rápidamente, sus ojos se dirigieron hacia TN, quien yacía inmóvil sobre el suelo. La angustia se reflejaba en su rostro, y su corazón latía con fuerza al ver el sufrimiento de TN.
—¿Está bien? —preguntó Meliodas, su voz cargada de desesperación.
Zaneri, aún afectada por la escena, se acercó a ellos. —Déjale tiempo, Meliodas. Al menos ha vuelto a estar en calma, por ahora. No puede despertar aún, pero no está en el tormento que estaba antes.
Merlin asintió con seriedad. —La presencia demoníaca que la atacó fue poderosa. Intenté intervenir, pero la oscuridad que rodea a TN es inmensa. Ella debe encontrar su camino por sí misma.
Meliodas observó a TN, sus ojos llenos de preocupación. —No puedo quedarme aquí sin hacer nada. Ella necesita que haga la prueba... pero no puede esperar.
Zaneri frunció el ceño. —Meliodas, aún te falta enfrentar tu segunda prueba. Este lugar no es el adecuado para eso, y hacerlo aquí puede ser peligroso. TN no puede estar en medio de esto.
Meliodas se levantó con determinación, su rostro reflejaba una resolución férrea. —No voy a esperar. Si hay algo que pueda hacer para ayudarla, lo haré ahora. No puedo dejar que su sufrimiento continúe mientras yo me preparo.
Zaneri lo miró con frustración y preocupación. —¡Es una decisión arriesgada, Meliodas! Si no sigues el proceso adecuadamente, podrías comprometer tu propia estabilidad y la de TN.
Meliodas se acercó a TN, su mano temblando al verla flotar en el lago. —No importa el riesgo. No puedo permitir que TN siga sufriendo mientras yo estoy aquí sin hacer nada. Si tengo que enfrentar mi prueba ahora mismo, lo haré.
Merlin miró a Meliodas con una mezcla de admiración y resignación. —Entonces hazlo. Pero te advierto que la prueba será intensa, y cualquier error puede tener consecuencias graves.
Zaneri suspiró, su expresión de preocupación no se desvanecía. —Está bien. Lo harás aquí, pero ten cuidado. Esto es un riesgo que ambos deben afrontar.
Meliodas asintió, determinación en sus ojos. —Lo haré. Por TN, por ella y por todos los que necesitan que cumpla con esta prueba.
Mientras Meliodas se preparaba para enfrentar su segunda prueba, la tensión en el aire era palpable. La lucha interna de Meliodas y la agonía de TN se entrelazaban, creando un momento de inmenso dolor y esperanza. Meliodas sabía que esta prueba no solo pondría a prueba su propio ser, sino que también determinaría el destino de TN.
