12. El Campionato del Cuadrilatero (2/2)

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Ban, aún sonriendo, miró a Diane y TN con curiosidad

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Ban, aún sonriendo, miró a Diane y TN con curiosidad.

— Oigan, ¿y por qué vinieron con capuchas? — preguntó, arqueando una ceja. — No es que me moleste, pero es un poco raro, ¿no?

Diane se rió nerviosamente, evitando el contacto visual.

— Bueno... fue idea mía. — Admitió, con las mejillas ligeramente sonrojadas. — Pensé que sería divertido. Además, quería ver cómo reaccionaba la gente.

TN asintió, sonriendo.

— Sí, Diane quería hacerlo y no podía negarme. — explicó. — Así que decidí seguirle el juego.

Ban soltó una carcajada, cruzando los brazos sobre el pecho.

— ¡Así que fue una idea de Diane! No me sorprende. Siempre estás pensando en formas de divertirte, ¿eh?

Diane sonrió ampliamente, aliviada de que Ban no se lo tomara mal ni que la molestara.

— ¡Exacto! Hay que mantener las cosas interesantes, ¿no? El misterio no mata a nadie.

En ese momento, el anunciador del concurso alzó la voz para llamar a los siguientes competidores.

— ¡Ahora les toca a Ban y Meliodas!

La pelea comenzó de inmediato, con Ban y Meliodas intercambiando golpes a una velocidad impresionante. Los espectadores observaban asombrados, incapaces de seguir el ritmo de la pelea. Los golpes eran tan poderosos que el suelo temblaba bajo sus pies.

Meliodas lanzó una patada giratoria que Ban esquivó por poco, contraatacando con un puñetazo que Meliodas bloqueó con facilidad. La intensidad de la pelea aumentó, con ambos luchadores moviéndose tan rápido que parecían desvanecerse y reaparecer en diferentes lugares del cuadrilátero.

De repente, algo cambió en el aire. Diane, King y TN lo notaron primero: la marca demoníaca de Meliodas se activó inconscientemente. Sus ojos brillaron con un tono oscuro y un aura demoníaca envolvió su cuerpo. Agarró el brazo de Ban con una fuerza que hizo crujir los huesos y, con un grito de poder, lo lanzó con un golpe devastador que lo hizo volar hasta una montaña distante.

El polvo se levantó en el escenario, y Elizabeth gritó preocupada:

— ¡Señor Meliodas!

— Shhh, Elizabeth, te pueden oír. — Meliodas sonrió, tranquilo, sin darse cuenta completamente de lo que había sucedido.

Diane y King estaban serios y aterrados, sintiendo el poder abrumador de Meliodas. Diane, mirando de reojo a TN, recordó haber visto ese poder aterrador en ella también. TN, despreocupada al estar acostumbrada a ver a Meliodas en su estado demoníaco en el pasado, miró a Diane curiosa.

— ¿Pasa algo? — preguntó TN.

— No, nada. — Diane respondió rápidamente, tratando de calmarse.

El Sacrificio de la Traición - Meliodas x TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora