TN traiciona a su clan para salvar a Meliodas y Elizabeth, pero su acto heroico le cuesta caro. Maldecida por las deidades, vive con un vacío emocional que la separa de todos y una magia que destruye su memoria y vitalidad cada vez que la usa. Ahora...
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TN se encuentra en el limbo, rodeada de una neblina oscura y borrosa que parece envolverla en un abrazo frío e inquietante. Mientras intenta orientarse, una figura masculina comienza a materializarse frente a ella. Es un joven con una apariencia sorprendentemente similar a Meliodas, pero con el cabello negro en lugar de rubio. Su presencia es imponente, y su mirada, decidida.
—¿Quién eres tú? —pregunta TN, su voz temblorosa y llena de curiosidad.
El joven se acerca con una calma enigmática y una expresión que mezcla seriedad con un toque de misterio.
—Soy Zeldris. Aunque nunca nos hemos encontrado en persona, hemos estado en contacto de alguna forma. —Su tono es firme, y la familiaridad en sus palabras provoca una ligera sensación de incomodidad en TN.
TN lo observa detenidamente, su sorpresa evidente.
—¿Eres el hermano de Meliodas? ¿Qué haces aquí?
Zeldris asiente lentamente, su mirada intensa y enigmática.
—Sí, soy su hermano. La verdad es que he venido porque hay asuntos que deben resolverse. Tu presencia aquí no es un accidente; el Rey Demonio tiene interés en ti, aunque no puedo revelarte todo ahora.
TN frunce el ceño, sintiendo la tensión en el aire.
—¿El Rey Demonio? ¿Por qué?
Zeldris se detiene un momento, evaluando sus palabras.
—El Rey Demonio busca liberarte del pecado que comiste hace siglos atrás, como te has vuelto un cascarón vacío, piensa que puedes ser útil para lo que el necesita.
TN se siente abrumada por la información, pero Zeldris continúa, cambiando ligeramente de tema.
—Desde pequeños, Meliodas y yo tuvimos una relación complicada, pero también compartimos momentos de camaradería, junto a tu lado. Tal vez no recuerdes, pero hubo una época en la que éramos amigos y estoy aquí para recuperarte.
TN lo mira con escepticismo.
—¿Amigos? No tengo recuerdos de eso. Pero, ¿qué quieres decir con que podrías ayudarme?
Zeldris sonríe levemente, una expresión que parece tener un doble sentido.
—Puedo ayudarte a recuperar tus recuerdos. Sé que la maldición ha borrado mucho de tu pasado, pero si despiertas, puedo ayudarte a restaurar lo que has perdido. Sin embargo, para lograrlo, necesitarás estar presente en el mundo físico, donde nuestras acciones tienen peso.
TN se siente sorprendida y esperanzada.
—¿Recuperar mis recuerdos? Eso... eso sería increíble. ¿Cómo podrías hacerlo?
Zeldris cruza los brazos, su expresión seria.
—Con mi ayuda y un poco de preparación, podrías recuperar gran parte de lo que has olvidado. Pero debes estar dispuesta a seguir mis ordenes y estar a mi lado. El camino no será fácil, y tus recuerdos podrían traer consigo dolor y revelaciones que quizás prefieras evitar.
