Paranoicos, Adrianne y Michael tomaron una decisión arriesgada. A pesar de estar en un cuarto piso, la altura desde el balcón intimidaba. La madrugada estaba de su lado, y el nerviosismo también.
Primero lo hizo Michael, el de la idea. Luego le siguió Adrianne, quien pensó que ni siquiera el ingreso al cuerpo de policías le había exigido tanto como lo había hecho ese fin de semana.
Lo difícil fue cuando llegaron al segundo piso, pues tenían que dejarse caer, a diferencia del apoyo que tenían en pisos superiores con respecto al balcón de abajo.
El tobillo de Michael sufrió un poco más. Estaba seguro de que en cualquier momento tendría un desgarre. Subió las manos para atrapar a Adrianne, quien en esa ocasión estuvo, por demás, agradecida.
Corrieron entre los callejones, haciendo el menor ruido posible. Cuando se alejaron unas cuadras y entraron a un bloque de negocios, tomaron un respiro entre las sombras.
—¿Ahora qué? —preguntó Addie en un hilo de voz, entre jadeos.
—Canadá —respondió Michael del mismo modo.
—Michael, en serio.
—Lo digo en serio. Vámonos de aquí.
—No podemos irnos.
—Dame una razón.
—Hank. Lauren. Chrissy.
—Ellos estarán bien.
—Mike...
—Hank y Lauren están en el hospital. Con o sin ti aquí, ellos se recuperarán. En cuanto a Chrissy... Ella está a salvo. Ninguno de ellos tiene nada que ver con lo que está pasando.
Tenía un punto. En realidad, Adrianne estaba viendo esa solución muy viable. Estando alertados sobre ese acechador que los secuestró en un inicio, podrían acudir a la policía para su protección.
—Seguro las fronteras ya están informadas sobre nosotros. —Esa parte de sobreanalizar a veces traía más problemas que soluciones. Pegó su cabeza a la pared—. ¿Mike?
Lo único que podía pensar era que estaba cautivo. Seguro, podrían escapar a otro estado, pero ¿cuánto duraría eso? ¿Cuánto tiempo tendría a su lado, si decidían vivir escondiéndose?
Adrianne buscó su mano a tientas. Entrelazó dedos con él y dio un paso para encararlo. Apenas podía ver sus facciones, sus ojos azules sobre ella. Él se inclinó un poco para escucharla mejor.
—Creo... Creo que encontré a quien lo hizo. Estamos muy cerca.
—¿Y qué haremos cuando estemos seguros?
—¿Qué harían los Operativos Invisibles? —preguntó, muy cerca de sus labios.
***
Poco importó que sacaran a Rachel de su cama. Ella arrastró los pies hasta la puerta, y de inmediato recibió un empujón hacia adentro.
—¿Qué carajos te pasa? —preguntó, despertándose un poco más.
Adrianne cerró la puerta y vio por la mirilla. Estuvieron casi seguros de escuchar ruidos detrás de ellos cuando ingresaron al departamento.
—Gracias por recibirnos, Rach —dijo Michael.
Es lo menos que puedes hacer por él, zorra, pensó Addie.
—Sí, claro. Ahí está el sofá, ahí hay cobijas. Buenas noches.
—Espera. —La detuvo Michael.
—¿Qué? —Se volteó, irritada.
—Te necesitamos.
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Operativos invisibles
Mystery / ThrillerMichael Armstrong fue secuestrado. Lo único que sabía era que junto a él también estaba una mujer cautiva. Días más tarde, él fue liberado, y resultó que la otra víctima era Adrianne Quentin, su amiga de la preparatoria a quien no había visto desde...