𝕴𝖓𝖙𝖔 𝖄𝖔𝖚

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Estuve despierto toda la noche. No pude dormir bien, daba vueltas en la cama, caminaba por la habitación, incluso me puse a saltar para ver si me cansaba, pero nada. Al final, terminé dándome un baño y volviendo a la cama.

La única que dormía profundamente era Stella. No se despertaba con nada, estaba en el lado derecho de la cama, envuelta en la sábana como si fuera un barquillo.

A la mañana siguiente, me quedé en la cama observándola dormir. Todavía me pregunto por qué lo hice, pero no podía dejar de mirarla. Se veía graciosa, con la saliva escurriendo por su labio.

<¿Debería cerrarle la boca?>

Definitivamente no lo hice. Estaba de medio lado y, aunque la habitación estaba a oscuras, ya eran alrededor de las 8:45 de la mañana.

Mientras la observaba, no podía evitar pensar en todo lo que ha cambiado en estos meses. Stella y yo no somos una pareja real, pero hay momentos, como este, en los que me pregunto si podría tal vez ser diferente.

Ella tiene esa forma de hacer que todo parezca menos aburrido, de hacerme olvidar que esto es solo una relación por contrato.

Me levanté con cuidado para no despertarla y me dirigí a la cocina. Necesitaba un café, algo que me despejara las ideas. Mientras el café se preparaba, me quedé mirando por la ventana, perdido en mis pensamientos.

<¿Qué pasará cuando todo esto termine? ¿Ella me gusta?> >¿Por que me importa tanto? se supone que debo de estar feliz porque todo esto terminara, definitivamente estoy feliz>

Charles aparece en mi mente. Él ha sido más cercano a Stell, y aunque no lo admito, a veces me pregunto si ella preferiría estar con él. Después de todo, él no está fingiendo.

El sonido del café listo me saca de mis pensamientos. Me sirvo una taza y me siento a la mesa, tomando un sorbo, tratando de aclarar mi mente.

<Solo quedan un par de meses más de esta farsa>

 La idea de que todo termine no me deja tranquilo. No quiero admitirlo, pero algo ha cambiado en mí. Stella se ha convertido en más que una simple compañera..amiga..no lo se.

Escucho pasos suaves detrás de mí. Stella debe haberse despertado. Me doy la vuelta y la veo entrar a la cocina, despeinada y con los ojos medio cerrados.

—Buenos días— murmura mientras se sienta frente a mí.

Le sirvo una taza de café sin decir nada. Ambos nos quedamos en silencio, el tipo de silencio cómodo que solo tienes con alguien a quien realmente conoces.

<¿Que carajos me esta pasando?>

 Y ahí es cuando lo siento, esa punzada de miedo de que este momento, esta simplicidad, no dure para siempre.

—Tengo la mejilla llena de saliva... ¿he dormido con la boca abierta?— preguntó ella rompiendo el silencio, todavía un poco somnolienta mientras se limpiaba los ojos.

—Sí, así es... incluso babeaste la almohada— respondí, tomando un sorbo de café.

—Qué asco. ¿Por qué no me cerraste la boca?— me miró con una mezcla de incredulidad y diversión.

—Te habrías despertado— suspiré —Además, es solo saliva, no es ácido o algo tóxico— dije, riéndome suavemente.

—Vaya, qué gracioso eres— dijo ella, riendo suavemente y sacando la lengua en un gesto juguetón.

Yo me reí suavemente y le hice una mueca como si le dijera "lo sé".

Stella rodó los ojos con una sonrisa, tomando la taza de café que le había servido. Se acomodó en la silla, envolviéndose en la calidez del cafe.

Sexy Bitch - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora