𝔇𝔞𝔯𝔨 𝔭𝔞𝔯𝔞𝔡𝔦𝔰𝔢

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Estaba en la habitación con Lando, sentada en la cama, observándolo mientras hablaba por teléfono. Cuando finalmente colgó y se sentó a mi lado, su expresión mostraba una ligera preocupación.

—¿Podemos hablar ahora? —me preguntó, sus ojos buscando los míos.

—Claro, podemos hablar —le respondí con una sonrisa amable, queriendo tranquilizarlo.

Lando suspiró, rascándose la nuca con algo de vergüenza.

—Lamento haberte incomodado, de verdad. No quería que las cosas llegaran a ese punto con Charles —dijo, bajando la mirada por un instante.

Negué suavemente con la cabeza, tratando de restarle importancia.

—Lando, no pasa nada, en serio. Sabes cómo es Charles, no es exactamente el tipo de persona que se tome todo con calma. Le encanta provocar o llamar la atención —dije con una ligera risa, intentando aligerar el ambiente.

Él sonrió, esa sonrisa que siempre tenía un brillo especial en sus ojos.

—Lo sé, lo sé... Charles es, bueno...Charles —suspiró—. Aun así, siento que de alguna manera arruiné la cena. No era mi intención.

Sin previo aviso, Lando tomó mi mano, acariciándola lentamente con sus dedos. Su toque suave encendió una calidez inesperada en mí. Bajé la mirada hacia nuestras manos unidas y luego lo miré a él, notando cómo su atención se concentraba en el roce entre nuestros dedos.

—¿Te has sentido bien con esta...relación? —le pregunté en voz baja, sin saber muy bien qué esperaba oír.

Lando levantó la vista hacia mí de inmediato, tomándose un momento para pensar su respuesta. Sus dedos seguían acariciando los míos, aunque ahora con más suavidad, como si las palabras que iba a decir fueran igual de cuidadosas.

—Sí, me he sentido bien —dijo finalmente, con sinceridad en su tono—. Me gusta mucho, en realidad. Es decir... —rió con nerviosismo—. Me gusta llevar esta farsa contigo, ya sabes, para mejorar mi imagen. Y tú, porque disfrutas molestarme.

Le devolví la sonrisa, pero detrás de la broma, podía sentir que había algo más, algo que no terminábamos de admitir.

—¿Por qué la pregunta? —dijo Lando, mirándome con curiosidad.

—Bueno, es que en la cena mencionaste que cada uno puede hacer lo que quiera... seguir con nuestras vidas después de que esto acabe... —mi tono se volvió más bajo, casi tímido.

Lando me observó un segundo antes de responder, su voz sonaba neutral.

—Porque eso fue lo que ambos planeamos, ¿no? Desde el principio.

—Sí... sí, lo sé. Es solo que... bueno... —me detuve, dudando en cómo continuar. Vamos, Stella, dilo, me dije, pero las palabras parecían quedarse atrapadas en mi garganta.

Lando me miraba, esperando que terminara la frase. Había una expectación palpable en el aire.

—¿Cómo es eso de que le dijiste a Charles que se puede meter conmigo? —solté de repente. Definitivamente, no era lo que quería preguntar.

<¡Carajo!>

Lando se rió suavemente, sus dedos seguían acariciando mi mano con tranquilidad, como si la conversación no lo hubiera alterado en lo más mínimo.

—Charles me dijo que estaba interesado en ti... fue al final de una carrera. Hablamos, y al final me lo confesó. Yo le dije que no tenía problema, después de todo, tú y yo no somos una pareja real, ¿no? —su tono era despreocupado, como si eso fuera lo más obvio del mundo.

Sexy Bitch - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora