𝖄𝖊𝖑𝖑𝖔𝖜

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—Stell...— la miré de reojo.

—¿Sí?—

—¿Qué pasó exactamente con tu novio?—

Ella tragó saliva y me miró. —Solía maltratarme, se aprovechaba de mí y de mi dinero, incluso llegó a robar a mi padre...— respondió ella.

—Ya veo... ¿Había algún motivo por el cual él te trataba así?

—"Porque me amaba", al principio creí eso, pero después me di cuenta de que no, que no era nada de eso.— Stella se subió un poco la falda, ahí se podía ver una cicatriz.

—¿Él te hizo eso?— me quedé sorprendido al ver.

—Sí, fue con un cuchillo, estábamos en mi departamento, él y yo estábamos hablando de lo más tranquilo, luego se levantó, fue a la cocina y llegó gritando con un cuchillo en la mano... yo, bueno, me asusté e intenté huir, pero él empezó a tirar las cosas, yo me caí y se me acercó... y... y él— Stella le comenzaron a salir lágrimas de los ojos y detuve el auto.

Me acerqué a ella y la abracé intentando calmarla.

—No sé ni por qué seguía con él... yo, yo no sabía, ¿sí? Tal vez porque me sentía un poco sola...— la voz de ella se escuchaba frágil.

—Ya... no hablan más, ¿cierto? Por favor dime que no— le pregunté.

Ella tomó aire y se separó de mí, limpiando sus ojos y mirándome.

—No hablan, ¿verdad?— volví a preguntar.

—La vez que íbamos para la firma con Adidas, ese día estaba con él, quiero decir, estuvimos, pero no pasó nada. No hicimos nada y eso le molestó y me pegó... por eso me demoré en salir, porque me estaba maquillando— confesó ella, dejándome boquiabierto.

—Por favor, no me odies— se limpió las lágrimas.

—¿Odiarte? ¿Por qué razón te odiaría? ¿Si oyes lo que dices?— mi voz sonaba entre preocupación y desesperación.

—Ya no hemos hablado, no sé qué hace, él no sabe de mí, porque sé que no es lo mejor— Stella tomó mis manos.

—Dios... yo... yo no sé qué decir, me siento muy mal por cómo te traté anoche y ahora me dices que tu novio era un completo hijo de... contigo. Stella, yo sé que como tu novio falso soy un imbécil, pero nunca, jamás te pondría la mano encima.

Ella comenzó a llorar y, como por instinto, me acerqué y coloqué mis manos sobre su rostro para secarle las lágrimas.

—Por favor, perdóname... siento que te fallé— decía ella entre sollozos, mientras yo seguía limpiando sus lágrimas con delicadeza.

—Stella, no hay nada que perdonar. Lo que has vivido... es algo que nadie debería sufrir— dije, sintiendo una mezcla de ira y compasión.

Me quedé mirándola por un momento, podía sentir la suavidad de su piel, ver sus ojos verdes teñidos de rojo por el llanto. Era desgarrador verla así; algo dentro de mí solo quería protegerla.

<¿Por qué le estoy acariciando el rostro?>

Stella cerró los ojos, y yo continué acariciándola, como si estuviera programado para hacerlo.

<¿Por qué lo sigo haciendo? ¿Por qué no puedo detenerme?>

Observaba sus ojos, sus pestañas, sus labios, que tenían un suave color rosado y brillaban por el gloss.

Ella abrió nuevamente los ojos y me miró fijamente. asintió, aún con lágrimas en los ojos, pero con una chispa de alivio. —Gracias por entender, por estar aquí—

Sexy Bitch - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora