𝕯𝕰𝕬𝕽 𝕭𝕺𝖄

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La atmósfera del momento se volvió más densa y lenta, mientras sus ojos no se apartaban de los míos. La combinación de su cercanía y su mirada intensa hacía que mi mente se nublara, y cada pequeño latido de mi corazón resonaba en mis oídos.

—Charles, esto es... —empecé a decir, pero él apretó suavemente mi cintura, silenciándome una vez más.

—Shhh... —susurró, su dedo aún posado en mis labios, dándole un toque de intimidad a la situación —Solo escúchame Mon Amour...

Me quedé en silencio, sintiendo una mezcla de confusión y emoción mientras él se acercaba un poco más. Su respiración se hacía más profunda, y la distancia entre nosotros se volvía cada vez más irrelevante.

—Sé que esto es complicado, pero... — comenzó, su voz más suave ahora —No quiero que te alejes de mí. No quiero que seas solo parte de este juego.

Sus palabras resonaron en mi cabeza, y mientras absorbía lo que decía, mi corazón comenzó a latir más rápido. La conexión entre nosotros era innegable, pero había tantas cosas que complicaban la situación. Sin embargo, en ese momento, solo quería permanecer ahí, cerca de él.

— yo... —intenté explicar, pero él me interrumpió, acercando aún más su rostro al mío.

—A veces, las palabras no son necesarias — dijo, su voz un susurro —A veces, lo que importa es lo que sentimos.

Con esas palabras, sus labios se encontraron con los míos en un beso suave, pero cargado de deseo y hambre. El exterior desapareció, y todo lo que quedaba era la intensidad de ese momento. El roce de su mano en mi cintura, el calor que emanaba de su cuerpo, todo se unía en un baile silencioso de emociones.

Pero, en un instante, la realidad regresó con fuerza. Aun así, no podía evitar perderme en ese beso, sintiendo que cada segundo era una mezcla de peligro y deseo.

—¿Sabes? —dijo entre besos, su voz casi inaudible —Este juego... me gusta demasiado...eres mía Y algunas veces de él...esto es tan excitante.

Asentí, incapaz de articular palabras, mientras su mano se deslizaba de mi cintura a mi cabello, sosteniéndome con firmeza. En ese momento, todo lo demás podía esperar; lo único que importaba era él y, aunque se sentía como un precipicio del que podría caer en cualquier momento.

En un instante, Charles me levantó del suelo, mis piernas se enredaron alrededor de su cintura sin que pudiera pensarlo. Su cuerpo era cálido y firme, y no pude evitar aferrarme a él, rodeando su cuello con mis brazos mientras continuábamos besándonos, la intensidad aumentando con cada segundo.

Solo la suavidad de sus labios y el calor de su cuerpo consumiéndome por completo. Cada beso era un aumento más de deseo y emoción, como si estuviéramos tratando de absorber cada momento, cada suspiro.

Pero, eventualmente, la necesidad de aire nos obligó a detenernos, ambos agitados y con las respiraciones entrecortadas. Sentí cómo el calor de su cuerpo se transmitía al mío, y me di cuenta de lo cerca que estábamos, el latido de mi corazón resonando en mi pecho como un tambor.

—Vaya... —musité, sintiendo un rubor recorrer mis mejillas mientras mis ojos se encontraban con los suyos. La intensidad en su mirada me hizo sentir vulnerable, pero al mismo tiempo increíblemente viva.

—Fascinante...me sorprendes cada vez más...—dijo, su voz un susurro entrecortado, como si él mismo estuviera intentando procesar lo que acababa de suceder.

—No, no... —lo interrumpí, aún sintiendo el eco de sus besos en mis labios—No me arrepiento. Pero... esto es complicado.

Él asintió lentamente. Estaba claro que ambos éramos conscientes de la situación en la que nos encontrábamos, pero en ese momento, todo lo que podía pensar era en cómo quería estar cerca de él, en cómo su presencia me hacía sentir.

Sexy Bitch - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora