𝖑𝖆𝖌𝖔

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POV STELLA

—¿Sabes? —murmuró con un tono bajo y sugerente—, me encanta cómo te ves con esas gafas de sol. Te ves increíblemente atractiva...se que lo eres, pero no está demás recordártelo.

No pude evitar reír suavemente, aunque el rubor comenzaba a subir por mis mejillas. Su insinuación estaba clara, pero mi mente seguía atrapada en el recuerdo de Charles. Traté de sacudir esa sensación, enfocándome en Lando.

—¿Ah, sí? —respondí, jugando un poco con el tono—, bueno, supongo que las usare mas de seguido.

Él sonrió, acercándose más, como si buscara una excusa para estar aún más cerca. Su mano rozó ligeramente mi cintura mientras hablaba, sus dedos trazando un pequeño movimiento lento y deliberado.

—Tal vez esta noche podamos hacer algo más interesante, ¿no crees? —sugirió, su voz bajando aún más, mientras sus ojos brillaban con una chispa que decía otra cosa.

Mi corazón dio un pequeño vuelco, pero no era tanto por Lando... Era por la sensación de estar siendo observada. Y, cuando desvié la mirada disimuladamente, lo vi. Charles estaba a lo lejos, junto a la parrilla, secándose el sudor con una mano mientras nos observaba.

Su mirada no era casual, no era tranquila. Era intensa, casi penetrante, como si estuviera evaluando cada pequeño movimiento que Lando hacía.

Me obligué a sonreír, aunque sentía un leve nudo en el estómago.

—No sé, tal vez —respondí a Lando, mi voz algo más baja de lo que pretendía— Dependerá de cómo termine el día.

Charles no apartaba la mirada.

Lando, aparentemente ajeno a la mirada de Charles, se inclinó un poco más hacia mí, su sonrisa ampliándose, su tono más suave y sugerente.

—¿Dependerá? —repitió en un susurro juguetón, dejando que la palabra se deslizara lentamente—Estoy seguro de que puedo hacer que este día termine de la mejor manera... si me dejas intentarlo.

Me sentí un poco atrapada entre su cercanía y la presencia de Charles, cuya mirada aún sentía desde la distancia, aunque intentara ignorarla. Lando aprovechó el momento y deslizó su mano un poco más por mi cintura, acercándose lo suficiente como para que nuestras frentes casi se tocaran. La calidez de su aliento chocaba con mi piel, y me hizo estremecer ligeramente.

—Stella —dijo con esa voz seductora—, siempre me ha encantado estar contigo. Te ves increíble, pero eso ya lo sabes, ¿no?

Mi respiración se aceleró un poco, y aunque sus palabras eran suaves, el peso de la mirada de Charles hacía que me sintiera extraña. Traté de mantener la calma, pero notaba la tensión crecer en el aire. Lando bajó la mirada hacia mis labios, su sonrisa ladeándose, coqueta.

—Y tengo que decirlo... —añadió, casi murmurando—, te ves... más que irresistible hoy. ¿Qué dices si desaparecemos un rato? Solo tú y yo.

Mis ojos se abrieron un poco ante la propuesta, y fue entonces cuando lo sentí: Charles seguía observando, inmóvil, su postura relajada, pero su expresión era difícil de leer. Mi corazón latía con más fuerza, atrapada entre los dos.

—Lando... —comencé, intentando buscar las palabras adecuadas para manejar la situación, pero mi voz sonaba más vacilante de lo que esperaba—. Creo que deberíamos... —

—¿Desaparecer? —me interrumpió Charles, su tono repentinamente claro y directo, acercándose lo suficiente como para ser escuchado, aunque seguía a unos pasos de distancia.

Lando levantó la vista hacia él, con una ligera sonrisa, sin perder su tono despreocupado.

—Charles, ¿podemos ayudarte en algo? —bromeó Lando, aún sosteniendo mi cintura, con la misma actitud relajada.

Sexy Bitch - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora