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-Baela, déjame explicarte.

-¿Explicarme que, Jace? Que decidiste dejar nuestra boda por ella, y ahora decides dejarme por ella también.

-Baela..

-No soy una mala persona, Jace, yo te he respetado y he esperado por ti todo este tiempo, y has decidido dejarme por ella, ella que ha renunciado a ti tan rápido.

-No quieres meterte con Rhaemma, Baela.

-Me lo ha quitado, todo. Yo he estado aquí para ti y ella se ha ido, ella no ha estado cuando la necesitabas, pero yo estuve aquí.

-Pero jamás te he amado, esa es la diferencia, Baela. A ella la amo, a ella le daría mi corona si me la pidiera, ella será mi reina, y no lo vi jamás contigo.- Jace al fin había decidido hablar con Baela, antes de que se enterara por alguien más. Pero las cosas no eran como las esperaba.

-Entonces cuando necesites un brazo fuerte para sostenerte y ella no lo pueda hacer, yo no te ayudaré.

-Quieres decir que nos traicionarás.

-Mis decepciones amorosas jamás doblegarán mis valores éticos y mi lealtad hacia mi reina. Pero el cariño que una vez hubo entre ambos, se ha derrumbado.

-Baela, siento haberte decepcionado, siento no poder cumplir con lo que se me ha pedido, siento dejarte así, créeme. Pero no puedo negar mi amor por Rhaemma, no puedo negar que odio tener que respirar lejos de ella, odio no tenerla a mi lado en cualquier momento del día, odio tener que dormir sin ella. Odio que en mis sueños se aparece y odio despertar de esos sueños y que no esté a mi lado.

Los ojos de Baela lloran y su corazón se retorcía, pero sabía que pedirle que tomara a ambas mujeres de esposas sería un error, y aún así, lo haría.

-Has lo mismo que Aegon, tómanos a ambas, cásate con las dos.- Baela dice rápido y Jace niega.

-Solo los dioses saben que jamás podría amarte como a Rhaemma. Los dioses saben que solo nombraría a Rhaemma como mi reina, y a ti te dejaría en el olvido, odiándonos.

-Ser cruel no estaba en tu sistema, Jace.

-Odio tener que serlo, Baela. Pero Rhaemma será mi reina, reinaremos juntos, solo ella y yo, no hay un tercero en este problema.- Jace se acerca a Baela y toma su mano.- Te prometo que mi hijo heredero se casará con tu hija, lo que yo no pude hacer, espero que él lo haga.- Jace suelta a Baela y camina fuera de la habitación.- Por la tarde me casaré con Rhaemma, espero que estés ahí.

Rhaemma se encontraba en su habitación junto con Rhaena, Rhaenys y Rhaenyra, habían mandado a varias modistas y mujeres a coser el vestido de un día a otro, encontraron como base el de Rhaenyra y decidían modificarlo al gusto de Rhaemma. Sería blanco con mucho brillo.

Rhaenyra al principio no había aceptado tal propuesta pero al ver la insistencia de sus hijos había accedido.

Todas las mujeres en la sala estaban riendo y pasándola bien, sabían que alguien tenía que traer a Baela para recibir su bendición, pero Rhaemma sabía que ella tendría el corazón roto, tener que soportar tantos cambios en un solo día era horrible.

El vestido tenía que quedar listo antes del atardecer y solo esperaban eso.

-Majestad, el vestido casi está listo, recomiendo que la princesa tome un baño y empiecen a arreglarla, al final pondremos el vestido.- Una modista decía.

-Gracias.- Rhaenyra mira a su hija sonriendo y esta hace lo mismo.

-Todas vayan a cambiarse, yo me bañaré y arreglaré, sugiero que hagan lo mismo.- Rhaemma habla.

𝔏𝔞 𝔭𝔯𝔦𝔫𝔠𝔢𝔰𝔞 𝔩𝔬𝔠𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora