Mientras Jace y Cregan hablaban, Rhaemma se mantenía en la carpa que habían puesto para ella. Pocos sabían de su compromiso con su hermano, pues la reina aún no había tenido el tiempo de hablar con ambos.
Rhaemma se desvestía para tomar un baño que unas doncellas habían preparado para ella, el agua se veía demasiado caliente y sus pies estaban demasiado fríos.
Al bajar su vestido con ayuda de las doncellas y quedar solo en camisón pidió que salieran, pues le gustaba más estar sola a la hora de bañarse.
La carpa es abierta de golpe y está voltea asustada hasta ver a Jace.- Pero qué haces, Jace...
-Rhaemma, ha pasado algo.- En los ojos de Jace se veían lágrimas y su voz se quebraba.
-¿Le ha pasado algo a mamá?.- Rhaemma pregunta asustada acercándose a Jace ignorando su poca vestimenta.
Jace se acerca también y niega lentamente, extiende la pequeña carta y Rhaemma la toma entre sus dedos.
Queridos Jacaerys y Rhaemma.
Hijos, mi corazón está roto, roca dragón está lleno de lágrimas, todo el castillo se siente como un castigo sin la presencia de Luke. Él ha muerto hace tres días, justo después de que ustedes emprendieran vuelo. Mientras él volaba con Arrax fue sorprendido por mi hermano, Aemond, Vhagar comio a Arrax y Luke.
Estamos buscando sus restos, pero han informado que es imposible que los haya. Vengan a salvo. Los ama, mamá.
Rhaemma termina de leer con lágrimas en los ojos y mira a Jace quien también las tenía.
-No...
-Rhaemma.
-No, Jace. Luke está vivo, yo lo sé.- Rhaemma toma su vestido y se lo intenta poner rápido, pero es imposible pues su vista es opacada por lágrimas.
-Rhaemma...
-¡ES MI HERMANITO JACE! Yo debí protegerlo, yo debí ir en su lugar.- Rhaemma grita y se desvanece en el suelo, Jace la sujeta y ambos se abrazan en el suelo.- Nosotros elegimos a Arrax para Luke, Jace. Él esta vivo, Arrax no dejaría que alguien dañara a mi hermanito.
-Tranquila, Rhaemma. Por favor.- Jace llora en el hombro de Rhaemma y ella niega.
-Jace yo debí ir, yo debí ayudarlo Jace, él aún tiene 14 años, él aún es un bebé. Él es mi niño.- Rhaemma lloraba tan fuerte y tan desconsoladamente que Jace solo pedía que el dolor de su prometida, solo lo tuviera él.
-Rhaemma...
-Mamá, encontramos uno.- Jace dice mientras toma la mano de su hermana menor.
-Es un huevo hermoso.- Rhaenyra dice viendo el huevo de dragón que han conseguido sus hijos para el bebé que aún yacía abultado en su estómago.
-Hola pequeño Luke.- Decía Rhaemma abrazando el vientre de su madre.
-Es Lucerys, Rhaemma.- Decía Rhaenyra.
-Vas a ser un lindo bebé.
-¿Cuando podremos jugar con el mamá?.- Jace decía mirando a su madre y Laenor lo cargaba.
-Hasta que él tenga 3.
-Todos afirman que es un varón.- Rhaenyra dice y soba su vientre.
-Porque lo es, mami.- Rhaemma da un beso en el vientre de su mamá y abraza a su papá.- Papá, podremos pedir pasteles cuando el bebé nazca.
-El abuelo hará miles de pasteles en nombre del príncipe Jacaerys.- Dice Viserys entrando a la habitación y caminando hacia la familia.
-¡ABUELO!.- Gritan ambos niños y Rhaemma corre hacia el, Jace se queda atrás pues intenta huir de su papá.
-Hola princesa.- Viserys carga a la menor y la sostiene en sus brazos.- Hija mía.- Abraza a Rhaenyra y toca la gran panza de esta.- Un príncipe valiente diría yo.
-Se llamará Lucaerys, abuelo. Y será un Velaryon.- Rhaemma abraza a su abuelo por el cuello y este la sostiene fuerte.
-Ya quiero conocerlo, haré grandes festines en su nombre. Su nacimiento será un día lleno de bendiciones por los dioses.
-Todos te esperamos bebé.- Dice Rhaenyra tocando su vientre.
-Jace, te puedo jurar que de mis manos, caerá sangre de Aemond Targaryen, y sin importar que, caerán los suyos también.
-¡Híncate ante mi, Aemond Targaryen y tu muerte será menos dolorosa!.- Grita Rhaemma desde su dragón.
-La esposa de un bastardo nunca será mi reina.- Devuelve el tuerto y la batalla comienza con el rugido de Caraxes y la lluvia cayendo sobre los cabellos blancos de todos los platinados ahí.
-POR LUCAERYS
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𝔏𝔞 𝔭𝔯𝔦𝔫𝔠𝔢𝔰𝔞 𝔩𝔬𝔠𝔞
FanfictionEl deseo, la pasión y el deber, conceptos que Rhaenyra conocía bien. Costumbres que deseaba romper por amor, costumbres que sus hijos heredarían sin querer. Esperar que el trono no fuera usurpado era un error, amar tanto a tu familia también lo era...