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Esa misma noche, mientras todos los hijos de Rhaenyra, Daemon y ambos se reunían a cenar como familia, Rhaemma estaba pensando en la propuesta de Jace. ¿Era momento de volver a casa?

Ella ya no podía ver a Jace como su hermano y no sabía el porqué, Luke era más grande y podía ver su fuerza, valentía y simpatía en los ojos. Pero no sentía lo mismo.

Rhaemma toma de su copa y fija su mirada en Jace quien está hablando con su hermanastra Baela.

Las mejillas se le sonrojan y la sangre empieza a hervir, era como cuando alguien más quería tocar a Aerax. Algo no le parecía de eso, y no sabía que era.

-¿Y qué te parece?.- Al parecer Luke estaba hablando con Rhaemma y ella no había escuchado nada.

-Lo siento, Luke, estoy en otro mundo, ¿lo puedes repetir?.- Luke asiente y empieza a contar cómo no sabía que montadura debía usar para Arrax.

-Creo, que como el futuro señor de Driftmark, deberías usar la azul. El mar tiene que ser tu símbolo.

-No sé si quiero ser el señor de driftmark.

-¿Sabes Luke? Si pudiera heredar algo. Lo aceptaría, pero nuestras casas no lo permiten mientras hayan herederos varones. Tú y Jace tienen una gran responsabilidad, pero con la responsabilidad vienen las oportunidades, no las desperdicies.

-Si soy señor de driftmark significa que el abuelo habrá muerto.

-Significa que el te eligió porque confió en ti, y deja lo que más ama en tus manos.

-Mañana será un día pesado, deberíamos irnos a dormir todos.- Rhaenyra dice y sus hijos asienten, agradecen la cena y empiezan a caminar cada quien a su habitación.

-¿Me llevas?.- Rhaemma escucha decir a Baela hacia Jace.

-Por supuesto.- Jace dice y ambos empiezan a caminar juntos.

Rhaemma sigue otro camino que no lleve a su habitación y decide entrar a la biblioteca, en la cual encuentra a un platinado con un parche.

-Sobrina.- Aemond dice y Rhaemma no sabe cómo escapar.

-Aemond.

-Sería tío para ti.

-¿Necesita también una reverencia?

-Porque no te sientas junto a mí.- Aemond dice y le sonríe. Ella niega y empieza a buscar un libro.

-Te recomiendo la historia de Maelor.

-¿El tipo que usurpo el trono de su sobrino?

-El mismo

-¿Tienes algo que confesar, Aemond?.- Rhaemma se recarga junto a Aemond en la mesa.

-Para nada, es una historia conmovedora. Como un rey salva una dinastía pero todos lo miran como una figura imprudente y cruel.

-Talvez, pero lo malo nunca lleva a algo bueno.

-De ser así, ¿a qué te llevo quitarme el ojo?

-Ojalá hubiera sido a quitarte el otro.

-¿Me amenazas?.- Aemond se levanta y pega a Rhaemma a la mesa.

-Tómalo como una amenaza si así lo quieres, Aemond, no te tengo miedo. Al igual que tú, tengo sangre de dragón.- Rhaemma se acercó tanto a Aemond que ambos podían saber qué perfume usaba cada uno.

-Deberías, porque la venganza está cerca.- Aemond pone su mano en el estómago de Rhaemma y la sube poco a poco pasando por su pecho hasta su cuello donde su agarre se vuelve fuerte.

𝔏𝔞 𝔭𝔯𝔦𝔫𝔠𝔢𝔰𝔞 𝔩𝔬𝔠𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora