DESTINOS ENTRELAZADOS 3 YOONMIN (Saga Selenosis Completa)

CAPÍTULO 2 MI REFUGIO

La voz de la señora Kim al otro lado de la puerta , era lo único agradable que lo unía a un pasado que continuamente lo torturaba y aun así él mismo no quería romper esas dolorosas cadenas que lo ataban.

—¿Ha venido alguien a visitarla? —preguntó a uno de los oficiales que la custodiaban. 

—No señor, nadie ha venido a visitarla —contestó imitando el tono de voz de Yoongi.

—Sí alguien viene a visitarla, no le permitan la entrada, no hasta que yo dé la orden.

—Sí señor.

En ese momento la señora Kim abrió la puerta y Yoongi le sonrió, expresando todo el cariño que sentía por ella.

—Gracias por venir Agustd. —compensó la mujer con una sonrisa y recibía el abrazo del chico y el beso que le depositaba en sus cabellos canosos.

—¿Necesitaba verme? ¿Tiene algo que quiera contarme? — preguntó colocándole las manos en los hombros y se alejó para mirarla a los ojos, ojos que los años se habían encargado de opacar.

—Sí... ¿me esperas unos segundos? —solicitó con un tono de voz cargado de ternura.

—Sí claro. —concedió Yoongi y le hizo una graciosa y caballerosa reverencia.

La mujer se dio media vuelta y él ancló su mirada en el caminar cansado de la señora Kim, ya no podía siquiera levantar lo pies, arrastraba cada paso que daba. 

—¡Feliz cumpleaños Agustd! —lo felicitó la mujer con ese entusiasmo que embarga a las personas cuando realmente hacen lo que desean.

Yoongi no pudo ocultar la tristeza que lo embargaba , sus lagrimas , eran de felicidad y de tristeza, de dolor y de alivio. De impotencia y de esperanza. Eran muchos sentimientos causando estragos en él.

—Lo siento Agustd —murmuró con pesar—. Sólo quería hacerte un presente por tu cumpleaños, no pretendí lastimarte.

En ese momento Yoongi le pasó la mano por el cuello y la acercó a su cuerpo y le dio un beso en los cabellos.

—Gracias, señora Kim —dijo con la voz quebrada por el llanto—. No me ha lastimado —mintió porque no quería ser un mal agradecido, también porque a pesar del dolor, una pequeña parte en él sentía felicidad—. Sólo que me ha sorprendido, no esperaba que recordara mi cumpleaños. —

—Mi hijo siempre decía, que tengo la facilidad para recordar información más específica y con significado personal.  Creo que tu memoria episódica es tan buena como la mía. —

—Creo que sí. —dijo limpiándose las inconstantes lágrimas que resbalaban por sus mejillas.