Los lazos de sangre serán revelados, los cuales podrán ser tanto una Bendición como una maldición. Yoongi llevara a cabo su venganza agudizando el dolor que lo atormentado durante 18 años . Jimin brillara demostrando con su esfuerzo y dedicación qu...
—Hijos de puta. —vociferó dándole un golpe a la puerta y no podía ver nada. ¡Jungkook abre la maldita puerta! Te dije que tengo que trabajar a primera hora. —intentó una vez más abrir la puerta, pero definitivamente la habían trancado por fuera.
—Abre la maldita puerta. —siseó, apenas su primo le atendió la llamada.
—Sientate , Deja de quejarte y disfruta de tu cumpleaños. —le dijo eso y finalizó la llamada.
El lugar creaba un ambiente completamente prohibido, sexual y erótico. Podia escucharlo mas no verlo La tela negra empezó a moverse ligeramente y la luz blanca del reflector cambió a roja en el momento en que la voz de the weekend sucedió al instrumental. Podia escuchar a Jimin mas no verlo...
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—¡Te gusta sorprenderme! —dijo en voz alta buscándolo con la mirada, pero no lo encontraba.
Agarró la bebida a base de tequila Y le dio un sorbo.
La luz roja del reflector iluminó y ahí apareció Jimin. con la destreza de sus piernas y ayudándose con los se dejó suspender en el aire, dando la impresión como si estuviese flotando.
Yoongi estaba maravillado, ante la fuerza que poseía Jimin, en todo su cuerpo y la destreza con la que contaba, era perfecto. Sus pupilas dilatadas seguían la majestuosidad de las acrobacias que Jimin le ofrecía. ¡Bendita posición! Que despertó impetuosamente los latidos de su entrepierna.
Jimin con la sensualidad y la mirada fija en él ¡Quería darle el mejor regalo de cumpleaños que hubiera recibido en su vida!
Jimin Con sensuales movimientos se sentó y se abrió de piernas como si fueran las agujas de un reloj, inevitablemente la mirada de Yoongi se ancló entre sus muslos .
Él se lo devoraba con la mirada e iba a tocarlo, pero el no se dejaba.
—Jimin... —musitó él casi sin aliento.
En medio del vórtice de deseo y excitación en el que se encontraba Yoongi sólo fue consciente cuando Jimin se sento a horcajadas sobre él moviéndose al ritmo de la musica, y dándole un beso...
Para Yoongi si el paraíso existía debía ser algo muy parecido a eso, su Dios debía ser Jimin moviendo su cuerpo con tal sensualidad.
Jimin le regalaba a Yoongi todo el repertorio de los movimientos que conocía y haciendo gala de ellos, exclusivamente para él.
Yoongi no tenía la mínima idea de lo bueno que era Jimin bailando, lo que había visto en el vídeo con el que pretendieron denigrarlo, no era la tercera cuarta parte de lo que el ofrecía ni se le acercaba en los más mínimo en lo que podía hacer.
Y ante las imágenes de Jimin ante el tuvo que recurrir desesperadamente a luchar contra su impetuosa erección y reacomodársela en su ropa interior para encontrar inútilmente un poco de alivio.
