Dos amigas, un sueño, diferencias, costumbres y problemas.
Ambas tienen en mismo sueño, pero lo quieren diferente, sus costumbres son desiguales y con diferentes creencias, los problemas nunca faltan sobre todo cuando se trata de amor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Arianna.
Hoy es el día en el que me voy, las maletas ya están listas desde ayer y son las tres de la mañana, estoy emocionada. Lo que no me emociona es que tendré que irme con uno de los demonios, se lo dejaré a Santiago y a Sarahy, ya que ellos les encanta ser niñeros, me suplican de rodillas un sobrino o sea que yo tenga un hijo.
La alarma del teléfono de mi mamá suena desde su habitación, me levanto de mi cama de un brinco para buscar la ropa. Mi mamá abre la puerta de golpe y me encuentra como ladrón descubierto.
-¿Ya despierta?.
-Bendición-Dije colocando el leggins en la cama.
Está se va sin decirme nada y yo sigo colocando la ropa en la cama, unos leggins negros juntos un suéter negro con un león y unos zapatos deportivos.
....🌷....
De camino escuchamos música relajante, Adrian va dormido a mi lado al igual que Dereck, si son flojos tienen que aprender a madrugar como yo.
Leo un poco en mi teléfono mientras que tengo los audífonos puesto, con el sonido bajo escucho Do Or Die de DPR IAN, se me vino a la cabeza solo las palabras -Y de repente mi vida volvio a sonar asi- no por la letra, sino por el instrumental que da vibras alucinógenas y de libertad.
Quiero gritar, por fin seré libre. No del todo pero podré independizarme, pasaré roncha pero no tan dura.
Observo por la ventana el edificio bajo, mi papá estaciona enfrente del edificio. Bajamos del aut, y yo con el corazón en la garganta. Siento que no puedo respirar, mis manos tiemblan de miedo, se que no iré sola porque Santiago ya está adentro esperando con su mamá y media familia suya.
Mi mamá quiere hablar con la de él no sé para que pero espero que sea para algo bueno, no que me exponga diciendo que a veces suelo ser floja o que se me mete la loquera en momentos extraños.
Mi papá saca las maletas junto los bolsos, digo bolsos porque son dos el de Dereck y el mío aparte de la maleta.
Entramos al edificio, el aeropuerto de Maiquetía está lleno un poco pero con suerte los vuelos a España están libres. El vuelo sale dentro de una hora, no toca esperar.
Momento para recordar que cumplo la otra semana y no estaré con mis familiares, ¿Me duele? Claro que me duele...., con solo pensar que no me despertarán con la bulla de la canción de cumpleaños se me hace un nudo en el estómago.
Santiago me saluda con un abrazo el cual no dirá mucho, rara vez que no dura. Siempre termina diciéndome algo al momento en que me abraza, pero está vez se queda callado. ¿Me oculta algo?.
Suspiro mientras me siento en los bancos del largo pasillo, el sonido de algunos aviones hacen eco por todo el lugar. Dereck ya está despierto al igual que Adrián, ambos con la cara hinchada de tanto dormir.
Mi madre habla con es ser que le dió la vida a Santiago, el cual no ha pronunciado ninguna palabra hacia mi. ¿Me ignora o qué? ¿Que le pasá? Lo siento distante, en parte que hace el mes pasado que no hablamos porque a según el estaba muy ocupado.
No me voy a enojar con eso, ya tuve suficiente con el primer mejor amigo que tuve, no pienso tomarmelo a pecho si no quiere hablar que no hable..., listo caso cerrado.
....🌷....
El avión ya está a unos minutos de salir y yo estoy envuelta en un abrazo que ni mis padres quieren soltar, al igual que la otra familia que se va completa. Nosotros nos damos un abrazo porque no sabemos cuándo nos volveremos a ver, en cambio ellos se verán todos los días.
Puede ser la idea de que abandonan su país, lo noto por las diferencias de expresión de los padres de Santiago, la mamá aguanta las ganas de llorar al igual que el padrastro mientras que Santiago tiene dibujada una sonrisa que está de la punta de ma oreja hasta la otra punta.
En pocas palabras está feliz porque se larga y no volverá a ver a los pobres del liceo.
-Bien-Mi mamá disimula que no está llorando, me entrega los bolsos de Derek-Vamos, ya se tienen que ir.
Asentí con tristeza, pasamos por el pasillo hasta llegar a donde se registran las maletas. Luego pasamos los bolsos en dónde revisan que no tengamos droga o armas, que estupidez se que hay narco mulas ¿Pero me ven cara de ser una? Porque el guardia me ve con disgusto.
Paso para que me registre y seguido lo hace Derek detrás de mi, luego pasa Santiago y siguiente sus hermanas y padres.
Retiro los bolsos, observo a mis padres. No por última vez, sino una vez más antes de irme por un tiempo sin saber cuándo volveré.
Me despido con la mano al igual que Derek, mi papá se despide igual mientras que mi mamá me lanza besos.
Me doy la vuelta sintiendo como mi corazón va a mil por segundo, Derek toma mi mano mientras pasamos por el pasillo que da al avión.
Mi asiento es el número 13 y el de Derek el 14, adivinen quién está en el asiento 12.... Si el que me ha estado ignorando desde ya hace unas semanas.
Estoy empezando a tener cierto odio a que me dejen en el olvido o que me dejen de hablar sin razón alguna, busco temas para conversar y simplemente me ignoran o buscan la forma de no hablarme.
Santiago abre la puerta que está encima de nuestros asientos, toma mi bolso junto el de Derek y el suyo para guardarlo allí. Pasa primero para luego pasar yo, odio quedar en el medio pero que más me toca.
Rodeada de hombres leo en el teléfono, lo que tengo entendido que me dijo Sarahy es que solo son unos días. En menos de un día me terminó un libro, ya creo que mañana comenzaré con un libro nuevo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
