Arianna.
Los rayos de sol atraviesan la gruesa cortina de la ventana dejando entrar un poco de luz a la habitación, suspire aburrida notando que ya era hora de que me levantara de la cama.
—¡Que flojera!—Exclame levantándome y haciendo unos ejercicios de estiramiento.
Alguien tocó la puerta en el momento exacto para yo salir, la abri dejando entrar pasar al diablillo de mi hermano pequeño.
—¿Que paso Dereck?—Lo mire confundida al ver que buscaba algo debajo de la cama—¿Que buscas?.
No dijo ni una sola palabra, seguía buscando perdidamente debajo de la cama. Se levantó para caminar hasta la gaveta y buscar allí.
—¡No consigo mi sacapuntas! ¿No sabes en dónde está?.
—Eeeem me parece haberlo visto.., en el mesón de la cocina—Le informe saliendo de la habitación.
El niño me empujó para salir corriendo hasta la cocina, lo mire frunciendo el ceño mientras seguía caminando. No fue inesperado ya estaba acostumbrada a que siempre hicieran cosas asi, en cualquier momento o situación los demonios de mis hermanos hacen ese tipo de cosas.
Entre a la cocina, me encontré con mi padre, estaba un poco molesto debido a que Adrián (El otro diablito) no quería hacer la tarea que le correspondía, por otro lado, mi madre estando en la mesa con el lo regañaba.
Recuerdo los momentos así, no era como si los extrañará pero si es algo que desearía volver a vivir.
Abrí el refrigerador, tome un vaso junto con la jarra del agua, cerré de está y camine hasta el menso.
Me servi un poco de agua, la tome y decidí salir un rato, antes de ir hacia el porche de la casa, tome la jarra y la volví a colocar en el refrigerador.
Tome mi teléfono que estaba en el mesón mire la hora eran exactamente las 4:30 de la tarde, la hora de salida del liceo o como se diría en España "Secundaria". Se preguntarán porqué les digo del liceo pues de allí sale el chico que me gusta o bueno me gustaba.
Salí de la casa, acomode la silla para sentarme y esperar a que el apareciera, el dia de ayer me escribio diciendo que necesitaba hablar.
Por favor no se burlen del nombre, es muy común aquí en Venezuela que los nombres de algunas personas sean raros o difíciles de pronunciar, porque los padres de la creatura deciden juntar sus nombres y crear uno solo para su hijo.
No es coincidencia que muchos tengan el mismo o que suenen parecidos.
Mire hacia los lados a ver si había alguien que me estuviera viendo, pues yo no tengo internet me toca robarle a la vecina. Digo robar porque ella es muy mala conmigo debido a que siempre está siendo chismosa y que alguna vez fuimos amigas, lo que pasó fue que yo me aleje de ella por estar diciendo cosas de mi a mis espaldas. Entonces de allí de que lo robo el internet, tenía que hacer algo no me podía quedar de brazos cruzados.
Me conecte al internet y antes de que pudiera revisar las notificaciones que tenía de las redes sociales, si como yo tengo muchas y soy super famosa, alguien me cubrió los ojos tomándome con mucha fuerza las manos, yo ya sabía quién era pero igual tenía que fingir alterar-me.
—¡Ya déjame Kleiberson! —Dije sintiendo como el suspiraba y soltaba una leve risita.
Me quito la mano de la cara dejándome ver claramente su rostro mal cuidado.
—¡Hola muñeca! ¿Que haces?—Dice dando la vuelta para tomar la silla que esta a mi lado.
—Pues robando internet de la vecina.
—Dame hay—Solte una risita mientras tomaba su teléfono y le escaneaba el código.
Se lo entregue y este lo dejo a un solo para mirarme.
—Tengo que hablar contigo—Me dice tomándome desprevenida por la notificación que el me había enviado hace unas horas.
Lo mire con el ceño fruncido y me aclare la garganta.
—¿Sobre que?.
El bajo su mirada, lo mire confundida esperando a que me dijera.
—Pues ya me voy a graduar Ari y eso significa...
—Que te vas a ir—Dije sonando triste, la verdad lo estaba no quería que se fuera, ya me había sentido terrible con el hecho de que no nos habíamos hablado por cuatro meses después de una pelea, tuve que hacer cosas imposibles para que me volviera a hablar, incluso tuve que acudir a métodos de atracción.—Oye pero podemos seguir hablando normal por Whatsapp.
—Si pero no será lo mismo, estaré muy ocupado con las tareas de la universidad y pues no lose Ari.
—Klei si realmente quieres irte veté no tengo problema pero no me dejes..., ¿Si? No me dejes de hablar, tu eres el único al que aceptaría que me reviente el teléfono lleno de mensajes incluso si son de que me estas regañando.
El soltó otra risa.., ¡Dios es que me vuelve loca!.
—Esta bien muñequita—Dice apretando-me la nariz en forma de molestia.
Este se levantó de la silla, se acomodo el uniforme, lo mire y sus ojos se encontraron con los míos.
—¿Ya te tienes que ir? ¿Tan pronto?—Hice puchero, sentía como mi corazón estaba a mil por hora. Odiaba está parte de despedida siempre sentía que sería la última.
—Claro.., mi madre me matará si llego tarde.—Este me miró y extendió su mano para mi—¿Mi abrazo?.
Sonreí como boba mientras me levantaba y lo abrazaba, aveces tenía la sensación de no querer soltarlo nunca, con el era la unica forma de sentirme bien segura, pero el no sabía lo que pasaba por mi mente cuando me miraba.
Me despedí de el cuando me soltó, se dió la vuelta y bajo la rampa de la casa.
Kleiberson, el unico que chico que se había robado mi corazón aún siendo mayor que yo, sería un amor prohibido, pues claro yo teniendo 14 y el 18 puff seria lo que causaría la muerte de mi papa si se llegaba a enterar de que estaba enamorada y dispuesta a todo por el.
Pero lo loco fue que pensaba que seria el único chico que me iba a gustar.., tal vez estaba equivocada.
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Super Shy
Teen FictionDos amigas, un sueño, diferencias, costumbres y problemas. Ambas tienen en mismo sueño, pero lo quieren diferente, sus costumbres son desiguales y con diferentes creencias, los problemas nunca faltan sobre todo cuando se trata de amor.