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Arianna

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Arianna.

Caminando por un parque recuerdo los momentos lindos que pase con Klei, si Sarahy leyera mi mente me daría con lo primero que encuentre.

Se me vuelve agua los ojos de tan solo recordar las veces que me hirió, pero lo peor de todo es que aún lo sigo queriendo, me odio porque no puedo olvidarlo, cada cosa me recuerda a él ya sea algo mínimo.

Lo primero que veo en el parque es un banco, el cuál no dudo en ir a sentarme. Se que me veré como una completa extraña pero me da igual. Solo quiero descargar mis lágrimas en un lugar donde nadie me conozca, la gente podrá pensar que estoy loca o deprimida pero me da igual.

Me siento en el banco frente a una fuente, ignoro a las personas que pasan a mi alrededor y dejo salir mis sollozos.

Se que Sarahy me está mirando extraña y se preguntara qué pasa.

No sé cómo explicarle, ni siquiera se que tengo, me puse nostálgica de la nada. Podría ser que extraño mi familia, mi pai, pero en realidad no se que es.

Siendo sincera he pasado todo el año llorando y la bendita culpa la tiene Klei y por más de que le eche la culpa no lo puedo olvidar, no lo puedo superar ni nada.

Me preguntó ¿Cómo fue que me enamore de él? Si me trataba mal cuando se enojaba conmigo, me decía que no sentía nada por mi al principio, me decía que me iba a olvidar, incluso me hacían creer que yo era la culpable y en realidad no lo fui, nunca lo fui. Fueron con un chisme mal contado, y es que en realidad los chismes son mentiras que cuenta la gente. Me doy cuenta tarde pero más vale tarde que nunca, como van a hacerle creer que yo tenía a alguien más, por Dios si el único amigo que he tenido es Santiago y es el ahora el que se está alejando de mi sin razón alguna. Creo que tengo mala suerte con los mejores amigos.

Se me olvidaba que estaba en la calle.

—¿Que te pasa, Ari? ¿Por qué lloras?—Me pregunta la única persona que jamás me ha hecho daño en esta vida, mi mejor amiga.

La miro con la mirada más borrosa que una foto mal tomada.

—No se, simplemente quiero llorar. Déjame llorar, quiero desahogarme.

—No pasa nada, sabes que estoy aquí para ti cuando lo necesites—Se sienta a mi y me pasa su brazo por encima de mi hombro.

Me recuerdo de ella y sollozo más fuerte.

—Es que no se que me pasa.

—Estas deprimida, tal vez porque no puedes olvidar tus sentimientos por una persona, tal vez porque odias no poder olvidar lo que sientes.

La observo mientras me limpio los mocos.

—¿Cómo sabes?.

Ella me ve con cara de, no es obvio.

—Soy tu mejor amiga y te conozco, se que al negro no lo olvidas, ni que yo te oblige lo vas a hacer, entiendo que te enamórate pero ¿Tanto así?.

—Es la primera vez que me pasa y me duele, ojalá no tuviera sentimientos.

—Cada vez que te veo llorar me da miedo a enamorarme.

Me saca una sonrisa estúpida por su comentario, solo ella puede hacerme reír con esas cosas.

—Ya te hice reír, ves para eso estoy yo, tu hermana de otra sangre. Vamos no llores más por ese negro que no vale la pena, si te quisiera te vieniers a buscar aún así no sepa en dónde está.

La miro extrañada.

—¿Que no lo odias?.

—Mira si a ti te hace feliz estar con él, te dejo tranquila con él..., con tal de no verte llorar otra vez, todo esta bien.

Le doy un abrazo, es la primera vez que yo se lo doy, la mayoría de las veces es ella y me siento agobiada. Espero a que me acostumbré a hacerlo yo.

—Vamonos a casa, ya Dereck se debió de aburrí de verte llorar.

Observo a mi hermano sentado a mi lado viendo cómo me caen lágrimas por un chico, espero a que el no sea como esos chicos que son malos con las mujeres, espero a que sea de esos que lleven chocolates y detalles bonitos a su novia.

—Dereck, dime que no serás como Klei—Le señala Sarahy en forma de obligación.

Dereck la mira extrañado mientras asiente con incomodidad.

—Dejalo, él no va a hacer como esos chicos.

Me levanto del banco mientras me seco las mejillas, tomo de la mano a Dereck y nos vamos del parque. La verdad se me hace bien llorar un rato, me despeja la mente y lo que tengo atorado en la garganta. Desearía gritar todo lo que siento pero en realidad, no tengo las fuerzas suficientes para hacerlo.

Odio sentir sentimientos, además del dolor de saber que jamás podría ser correspondido por esa persona duele aún más, creo que está noche dormiré con los ojos rojos. No me culpo a veces necesito esto, una lloradita o tendré que picar cebollas para llorar y que nadie se de cuenta.

Mientras caminamos ya a punto de llegar al edificio, Sarahy se detiene en frente del edificio en dónde estamos viviendo.

Me quedé obsrvandola extrañada, jamás actúa así pero al ver en dónde estaba dirigida su mirada pude comprender.

Su tío estaba con la chica de la recepción, pero eso no es, al lado de ella estaba nuestro vecino. El chico que dice que quiere que sea su amigo, me detiene incluso a mi con su mano pagada a mi estómago. Dereck me mira confundido al igual que yo.

—¿Que pas—Me tapa la boca y me calla.

—Hablaré con él, otra vez.

Me quedo mirándola caminar hasta él, lo saluda normal como si nada hasta que me mira, sonreí y veo que caminan hacia mi.

Ahorita me siento como personaje de anime destruido con cara de todo menos de felicidad, ojos rojos e hinchados y está loca me trae al vecino que es lindo a no se que.

Ahorita me siento como personaje de anime destruido con cara de todo menos de felicidad, ojos rojos e hinchados y está loca me trae al vecino que es lindo a no se que

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Super ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora