Noveno libro de una saga basada en los videojuegos de Pokémon creados por Game Freak. En esta historia, sucedida antes de los eventos de mi fanfic de Kanto y Johto, se nos contará cómo Roibert Sánchez, un niño Celestiano, pasó de ser un completo nov...
¡Sean todos bienvenidos a nuestro mundo, el Mundo Pokémon! Este mundo no es como ningún otro, ya que está poblado por los Pokémon, unas criaturas increíbles capaces de controlar los 18 elementos para pelear. Podemos encontrarlos en cualquier parte: en el cielo, en los campos, en las montañas, en el mar... ¡E inclusive en Ciudad Illumis, la mejor ciudad para vivir!
Esta ciudad fue fundada con el propósito de ser un lugar donde humanos y Pokémon, de diferentes costumbres y nacionalidades, puedan convivir en paz y armonía. Ambas especies nos ayudamos mutuamente, ya sea para trabajar, montar espectáculos o simplemente ser amigos. Aunque yo pertenezco al grupo de los Entrenadores, personas que combaten junto a sus Pokémon para volverse más fuertes y llegar a la Liga Pokémon, donde se define al mejor de todos. Mejor que nadie más.
¡Bonjour! Yo me llamo Roibert Sánchez y, el día de hoy, voy a empezar mi Aventura Pokémon, superando todas las dificultades para convertirme en el Campeón de Kalos.
Opening: No. 1 (Boku no Hero Academia Opening 8)
De vuelta a la narración normal...
El 7 de marzo de 2019, en una casa en particular en Pueblo Croquis, Grace...
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Una Corredora de Rhyhorn retirada, estaba picando una verdura para el desayuno mientras recibía a un Fletchling en la ventana de su cocina— Ah, menos mal que llegaste, pequeñín. ¿Será que puedes despertar a Serena? A la muy floja realmente le gusta quedarse dormida hasta tarde.
El Pokémon Petirrojo asintió y salió volando hacia el piso de arriba, donde se encontraba la habitación de Serena. Se acercó a su cama y le hizo algo así como— ¡Despierta, niña!
Serena se despertó de un sobresalto y le gritó— ¡Oye, ¿pero qué te pasa?! ¡¿Por qué me despiertas tan temprano?! Pero Fletchling, para defenderse, se paró sobre el despertador de Serena, revelándole que eran las 10:00 de la mañana.
—Hm, qué raro. Juraría haberla programado ayer. Como sea —la pelimiel fue a su guardarropa y se puso un atuendo más presentable.
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