Capítulo IX: Escalando Muros

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¡Sean todos bienvenidos al Mundo Pokémon! Este mundo no es como los otros, ya que está poblado por unas criaturas increíbles llamadas Pokémon, capaces de controlar los 18 elementos para pelear.

Los humanos y Pokémon coexistimos en paz y armonía, ayudándonos mutuamente, ya sea para trabajar, montar espectáculos o simplemente ser amigos. Aunque también existen aquellos que se enfrentan en batallas increíbles para decidir al mejor de todos. Mejor que nadie más.

¡Bonjour! Mi nombre es Roibert Sánchez. Estoy emprendiendo mi Aventura Pokémon, superando las dificultades para convertirme en el nuevo Campeón de Kalos.

Opening: No. 1 (Boku no Hero Academia Opening 8)

Esa misma noche, nuestros héroes llegaron por fin, después de varios días, a Ciudad Relifac-le-Haut, una ciudad costera de Kalos conocida por sus terrenos accidentados y montañas escarpadas, ideales para realizar Carreras de Bicis. Una vez ahí, se hospedaron en una posada, donde antes de irse a su habitación a dormir, Serena vio feliz cómo su Fennekin jugaba con su nuevo Absol. Roibert, quien tampoco estaba en su cama, notó esto y sonrió.

—Sabes, Serena. La verdad es que te tengo envidia.

La pelimiel quedó confundida por las palabras del moreno— No me gusta la idea de rechazar un cumplido tuyo, ¿pero por qué lo dices?

—Pues a lo largo de este viaje, Frogadier y yo nunca conseguimos que tu Fennekin jugara o hiciera algo con nosotros, pero tú y Absol lograron hacerla cambiar de parecer en menos de una hora. Y eso fue gracias a que fuiste capaz de descubrir qué es lo que quería realmente nuestro nuevo amigo cuando nos lo encontramos en la Ruta 8. Eso demuestra que comprendes a los Pokémon mejor que yo y por eso es que ahora estoy celoso de ti.

Serena soltó una risita y dijo— Al menos tú lograste aprender a montar a Rhyhorn a la primera sin caerte. Pero veamos si corres la misma suerte mañana contra Lino. ¿Qué Pokémon usarás?

—¿Qué Pokémon usarás tú?

—¡Como si fuera a decírtelo! —dijeron ambos al mismo tiempo, lo que los hizo reír y luego se fueron a descansar.

A la mañana siguiente, mientras buscaban el gimnasio, nuestros héroes vieron que Ciudad Relifac-le-Haut no la había pasado tan mal por causa del apagón. Todo gracias a los propios civiles, quienes eran capaces de pescar su propia comida. Pero eso no significaba que los negocios locales estuvieran prosperando, sobre todo la Tienda de Bicis, las cuales estaban demasiado caras como para que las pudieran comprar, aún si juntaban todo su dinero.

—Bueno, adiós al plan de comprar bicis para ir más rápido que a pie —dijo Trovato resignado, pero Tierno le cuestionó de inmediato— Trovo, ¿tú no habías capturado un Skiddo, un Pokémon que puedes montar para viajar más cómodo?

Esa pregunta hizo que el pelirrojo se sobara la nuca avergonzado— No puedo. Yo nunca aprendí a montar.

A todos se les abrieron los ojos como platos al escuchar eso.

—¡¿Pero qué sucede con ustedes?! ¡Yo siempre intenté, o más bien, sigo intentando aprender a montar un Skiddo, pero siempre me terminan tirando de encima! ¡No entiendo qué es lo que estoy haciendo mal!

En vez de burlarse, Roibert puso su mano en su hombro en señal de empatía— Tranquilízate, amigo. Siempre me equivoco en muchas cosas y no entiendo por qué. Por eso es que viajamos juntos, para así aprender lo que no dominamos.

Pokémon X, Y y Z La Leyenda de Roibert SánchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora