Pokémon X, Y y Z La Leyenda de Roibert Sánchez

Capítulo XXVIII: Un Reencuentro en Pueblo Mozheim

¡Sean todos bienvenidos al Mundo Pokémon! Este mundo no es como los otros, ya que está poblado por unas criaturas increíbles llamadas Pokémon, capaces de controlar los 18 elementos para pelear.

Los humanos y Pokémon coexistimos en paz y armonía, ayudándonos mutuamente, ya sea para trabajar, montar espectáculos o simplemente ser amigos. Aunque también existen aquellos que se enfrentan en batallas increíbles para decidir al mejor de todos. Mejor que nadie más.

¡Bonjour! Mi nombre es Roibert Sánchez. Estoy emprendiendo mi Aventura Pokémon, superando las dificultades para convertirme en el nuevo Campeón de Kalos.

Opening: No. 1 (Boku no Hero Academia Opening 8)

Roibert y Greninja sintieron que estaban en contacto con algo húmedo que recorría sus cuerpos y, fuera lo que fuera eso, se sentía agradable. Cuando abrieron los ojos, se dieron cuenta de que estaban en las profundidades del mar, pero no se estaban ahogando. Podían respirar y hablar perfectamente como si estuvieran en tierra.

Confundido por lo que estaba pasando, el moreno volteó a ver a su Pokémon y le preguntó— ¿Sabes cómo torbellinos fue que llegamos aquí? ¿El que no nos estemos muriendo es por causa de mi Aura Control? ¿Y dónde están Serena y los otros?

El Pokémon Ninja simplemente se encogió de hombros, ya que él tampoco sabía cuál era la causa de esto. Cuando ambos miraron a su alrededor, se dieron cuenta de que había muchas siluetas oscuras que no parecían ser Pokémon de Kalos, sino de una región distinta. Como ninguno de los dos conocía ninguna otra región más allá de la que nacieron, no conseguían identificarlos. Además, por alguna razón, nuestro héroe no tenía su SmartRotom para que los ayudara con eso.

De repente, Roibert escuchó una canción bastante hermosa que no se parecía a nada que hubiera oído antes, pero le transmitía una gran paz en su corazón.

—¿Escuchas lo mismo que yo, amigo? ¿De dónde viene esa canción? —preguntó, a lo que Greninja respondió haciéndole una seña para que fueran a buscarla.

Ambos siguieron el canto hacia la parte más profunda, donde se encontraron con una figura que lucía como una sirena. Como esas de las que los Ninjas les hablaron alguna vez. La chica parecía estar invitándolos a acercarse y ambos se sintieron tentados a hacerlo. Pero antes de poder tocarla, sintieron un jalón que los llevó a arriba de forma rápida y forzosa, lo que los hizo despertarse en la posada de Ciudad Flusselles, viendo que fue Serena quien los había hecho salir de ese sueño.

—Finalmente despiertas, Roi. El desayuno se está enfriando. Ven, que todos nos están esperando en el comedor —dijo la pelimiel, pero el moreno, confundido, le preguntó— ¿Comedor? Pero estábamos en el océano. ¿Cómo llegamos aquí?

—¿Océano? ¿Qué se supone que soñaste? En caso de que no lo recuerdes, anoche descubrimos que la última medalla de gimnasio que nos falta se encuentra en Ciudad Auffrac-les-Congères, así que decidimos hospedarnos en la posada de Ciudad Flusselles que queda cerca de aquí.

—¿Otra vez estamos en una posada? ¿Así como en el inicio de nuestro viaje, cuando aún no había luz? —el Maestro del Aura soltó una risita—. Oh, la, la. Cómo extrañaba esto —se le vino a la cabeza algo más—. Hablando de nuestro viaje, aunque puede que no tenga nada que ver, pero tú y yo planeábamos hacer eso después del desayuno, ¿no es así?

—Por supuesto —dijo la del sombrero sonrojada—. Siempre estuvimos juntos en las buenas y en las feas y ya me siento lista para hacerlo, ¿y tú?

—Cuando tú lo estés —respondió nuestro héroe entre risas.