Capítulo XV: El Árbol de la Promesa

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¡Sean todos bienvenidos al Mundo Pokémon! Este mundo no es como los otros, ya que está poblado por unas criaturas increíbles llamadas Pokémon, capaces de controlar los 18 elementos para pelear.

Los humanos y Pokémon coexistimos en paz y armonía, ayudándonos mutuamente, ya sea para trabajar, montar espectáculos o simplemente ser amigos. Aunque también existen aquellos que se enfrentan en batallas increíbles para decidir al mejor de todos. Mejor que nadie más.

¡Bonjour! Mi nombre es Roibert Sánchez. Estoy emprendiendo mi Aventura Pokémon, superando las dificultades para convertirme en el nuevo Campeón de Kalos.

Opening: No. 1 (Boku no Hero Academia Opening 8)

A la mañana siguiente, nuestros héroes llegaron al Puerto Tempères, una ciudad de Kalos famosa por su estilo de vida elegante y sus paisajes, además de ser la ciudad más cercana a la Planta Eléctrica de Kalos a la que los protagonistas querían llegar.

Debido a su forma de vivir tan tradicional, sus habitantes no lo han estado pasando tan mal por el apagón, pero muchos veían con malos ojos a Roibert por ser un Celestiano. A pesar de eso, el moreno y sus amigos no tuvieron problemas en llegar a la posada y, en el comedor, Serena sacó un helado de una bolsa térmica que había conseguido en Ciudad Yantreizh.

—¿No te gustaría probarlo, Roi? Es una especialidad del rancho que visitamos ayer —le explicó la pelimiel—. Está hecho de Leche de Skiddo, así que ya te...

—¡No! ¡Asco! —exclamó nuestro héroe apartando el helado con la mano.

—¡¿Cómo que asco?!

—Serenita, cuando era niño, un recién llegado a la Aldea Ninja me ofreció una taza de Leche de Skiddo y la tomé, pero me supo como a agua de alcantarilla y me dio el peor dolor de estómago del mundo. No entiendo por qué la gente hace helado con una completa aberración contra la naturaleza.

Trovato, quien se encontraba en el comedor también, se abofeteó la frente al escuchar eso— Eso no era leche, Roi. Eso era Té de Polteageist, cuyo sabor no es para todos, pero siempre tiene la capacidad de absorber tu energía vital. Por su supuesto parecido a la Leche de Skiddo, los trogloditas lo usan para jugar bromas pesadas, pero esta no es una broma, así que traga.

—¡Está bien! ¡Está bien! ¡Ya me lo como!

Roibert se comió el helado y, después de un momentáneo congelamiento cerebral, les comentó algo a los chicos.

—Oigan, he estado pensando algo que me inquietó bastante. Digamos que conseguimos rescatar a Lem y recuperamos la Planta Eléctrica de Kalos.

—Sí. Ese es el plan —dijo el pelinaranja.

—¿Pero luego qué? ¿Qué nos garantiza que todo volverá a la normalidad? La sociedad ya se fue al caño y las ciudades que siguen en pie ya ni extrañan los videojuegos ni las comidas calentadas en microondas para este punto. ¿Así que de qué habrá servido todo esto?

—Pues el Roibert que solías ser antes de todo esto no habría considerado esa posibilidad. A medida que avanzamos con esta aventura, te has hecho cada vez menos infantil e irritante y, ahora, pareces alguien que sí podría llegar lejos en la Liga Pokémon si se nos da esa posibilidad.

La pelimiel asintió con la cabeza— Así es. Nos ha ido bastante bien en esta Aventura Pokémon y, apenas detengamos al Equipo Flare en la Planta Eléctrica, nuestra única preocupación será obtener las otras 4 medallas. ¿Entiendes?

Pokémon X, Y y Z La Leyenda de Roibert SánchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora