𝐄𝐧𝐜𝐡𝐚𝐧𝐭𝐞𝐝 || 𝐃𝐢𝐦𝐢𝐭𝐫𝐢𝐨 𝐌𝐞𝐧𝐝𝐨𝐳𝐚

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Alejandro y yo estábamos "arreglandonos" en el cuarto de servicio en dónde él dormía para el velorio de Don Benjamin.

—¿Tú de verdad crees que haya sido nuestro padre? —pregunté mientras me maquillaba

—Al principio lo dudaba pero al parecer si lo fue

Iba a decir algo pero fui interrumpida por el padre Anselmo que entró al cuarto.

—Buenos días hijos —saludó —¿todavía no están listos?, allá afuera todos los están esperando

—Si, justo estábamos por salir —respondí por los dos

—Van a tener que dejar este cuarto de servicio y mudarse a la casa grande —explicó el padre —cómo únicos hijos de Don Benjamin les corresponde vivir allá

—Yo todavía dudo que ese hombre nos haya dejado todo esto —dijo Alejandro incrédulo

—Pues te equivocas hijo, su padre gracias a dios tuvo tiempo de cambiar su testamento, su padre les dijo la verdad Alejandro, los nombró herederos universales de todos sus bienes

—Entonces lo primero que voy a hacer es ir a Agua Azul para asegurarme de que todo esté funcionando bien —escuché decir a mi hermano

—Yo voy contigo Alejandro —dije cuándo terminé de bajar las escaleras

—Pero Samy, voy a ir a administrar la empresa de Agua Azul, a ti no te gustan esas cosas

—Pero te quiero acompañar —Alejandro sonrió y me abrazo mientras seguía hablando con el licenciado Servera

Cuándo todos se fueron Alejandro fue por una botella de tequila y dos vasos, ambos nos sentamos en las escaleras mientras él servía el tequila.

Después de servir los vasos noté que estaba distraído.

—¿Qué piensas? —pregunté

—Esa vez que te fuiste a la playa yo fui a buscarte y me paso algo muy extraño

Odiaba que Alejandro se hiciera el interesante y no me contará las cosas de una sola vez.

—Estaba apreciando el mar y sentí que me abrazaban —comenzó a explicar al notar mi cara —me di vuelta para ver quien era porque pensé que eras tú pero era una mujer rubia muy bonita