𝐄𝐧𝐜𝐡𝐚𝐧𝐭𝐞𝐝 || 𝐃𝐢𝐦𝐢𝐭𝐫𝐢𝐨 𝐌𝐞𝐧𝐝𝐨𝐳𝐚

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—Él nuevo capataz ya viene en camino, se llama Antonio Olivares —avisó mi hermano —encárgate de que todo esté listo para recibirlo por favor

—Cómo tú ordenes, permiso

Dicho eso Juventino se fue y Alejandro continuó hablando con Victor.

—Samy, quiero que tú personalmente recibas al nuevo capataz —pidió Alejandro

—¿Qué? ¿yo por qué? —me quejé

—Porque eres mi hermana y mano derecha

—Está bien —rodé los ojos

Seguimos hablando de más cosas hasta que tuvimos que ir a comer.

—Monserrat, ¿no va a comer? —pregunté

—No, dice que no tiene hambre —respondió Alejandro

—Pero...

—Es mucho más bonito comer aquí que en la cocina —me interrumpió María —no me va a costar nada de trabajo acostumbrarme

—Mejor ni te acostumbres eh, que no va a ser por mucho tiempo —dije sonriendole

—A mi me da igual —intervino mi hermano

—No digas eso, comer aquí en una mesa tan grande, con esta vajilla tan bonita, cómo que no me lo creó

Y está ¿quién se cree?, María siguió hablando de "lo bonitos que son los lujos" su voz es tan irritante que deje de escucharla y me puse a pensar en ese pelinegro que me vuelve loca.

—No es necesario que te quedes aquí todo el tiempo Rosario, yo te llamo si te necesito, regresa a la cocina anda ¿qué esperas?, ¡qué te muevas!

Escuchar gritar a María me sacó de mis pensamientos e inmediatamente me di cuenta de lo que estaba pasando cuándo Rosario se fue.

—¿Qué te pasa? —pregunté mirándola mal

—No me gusta que trates así a los empleados

—Bueno es que si uno no se porta así estos campesinos se le suben a la cabeza

—Acuérdate que tú también eres una empleada en esta casa María y no por ser "amiga" de mi hermano tienes privilegios eh

Me levanté de la mesa y me fui a mi habitación, sólo aguanto a María por Alejandro pero no creó tolerarla por mucho más tiempo.