¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Samantha!
—Hola Monse —la saludé sonriendo —pasa
Monserrat y yo no somos las mejores amigas y aún no tenemos tanta confianza pero desde el momento en que la vi me ha tratado muy bien y no dudo en que podamos ser amigas.
—¿Está tú hermano? —preguntó mientras recorría la casa con su mirada —necesito hablar con él
—Si —le indique a Margarita que le hablara a mi hermano —¿es algo muy importante lo que quieres hablar con él?
Monse no pudo responderme ya que fue interrumpida por Alejandro.
—Monserrat, que gusto
—Vine a verte porque pensé mejor las cosas, quiero saber si tu oferta de comprar mi terreno sigue en pie
—Si claro que si, yo quiero pagar un precio justo, ¿qué te parece si mandamos a hacer un avalúo?
—Me imagino que eso toma mucho tiempo y yo quiero venderlo lo más rápido que se pueda
—¿Y cuál es tú prisa?
—Es un asunto personal
—¿Tú familia te presionó para que nos vendieras el terreno?
Al escuchar que hizo esa pregunta rápidamente lo miré mal, ¿por qué es tan chismoso?.
—Mira Monse yo ya investigué en cuanto está el metro cuadrado en esa zona —intervine sonriendole con amabilidad —siéntate por favor
Monse se sentó y habló un momento más con Alejandro arreglando lo de el pago del terreno.
—Avísame cuando todo este listo para ir a firmar, con permiso
—Espero que este negocio sea el inicio de una amistad entre nosotros
—Espero volver a verte pronto Sam
Sin decir más la rubia salió de la casa y mi hermano se quedó sonriendo cómo tonto, pero bueno ¿quién soy yo para juzgar si me está pasando lo mismo?.
—Pero que guapa mujer —apareció Victor cómo si nada —¿quien era?
Otro chismoso.
—Monserrat Mendoza —respondió Alejandro con su sonrisa tonta
—Muy guapa
—Chismoso —murmure cuándo pase al lado de Victor
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.