Avanzando

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Jimin se sentía nervioso, nunca antes había sentido nervios pero los sentía por lo que estaba a punto de hacer.

Estaba en la puerta del cuarto de Taehyung, sabía que este estaba dentro pues con su super oído lo había escuchado.

Iba a disculparse siguiendo el consejo de Jungkook, Taehyung en ningún momento demostró dejarlo de lado, el mismo se creó esa inseguridad y fue peor el haber escuchado a Nayeon.

Tocó la puerta pero nadie abrió, así que se decidió por abrirlo el mismo, al entrar se encontró con Taehyung caminando de un lado a otro, tirando de sus cabellos azules, se notaba desesperado.

— Tae – llamó despacio, pero Taehyung no lo escuchó — Tae — volvió a llamar y nuevamente fue ignorado — ¡Taehyung! — gritó para tener su atención.

En ese momento Taehyung escuchó y se volteó a ver a Jimin, sorprendido de verlo ahí, se acercó a él rápidamente empezando a hablarle sin parar.

— Jimin no te vayas, déjame ayudarte, perdóname por no haber hecho algo antes, pero no me escuchabas y creí que me odiabas y— Jimin puso su mano en su boca para callarlo.

— Shh, déjame explicarme primero — le dijo luego de que se callara.

Al ver que Taehyung asintió en silencio quitó su mano de su boca y con un suspiro comenzó a explicarle.

— Yo... Lo siento — empezó — Con todo el asunto de Mina sentí que ya me habían reemplazado, a pesar de que todos me dijeron que no me iban a dejar de lado ese pensamiento me consumió, luego vino Nayeon y comenzó a envenenarme la cabeza, diciéndome que tu y Jungkook eran unos egoístas, que querían que todo fuera para su propio beneficio y que nunca me quisieron realmente — le dijo con algo de tristeza — Me lo creí todo y los empecé a odiar, por eso actúe de esa manera y no sabes como me arrepiento, Jungkook me explicó las cosas y me hizo entender que ustedes nunca dejaran de quererme, ¿Eso es cierto? — preguntó mirándolo a los ojos.

Taehyung no podía creerlo, Jimin había venido voluntariamente a hablar con el, ahora entendía todo, por eso el odio tan repentino, podía comprender que Jimin tuviera resentimiento, pero no ese odio al punto de atacarlo con la intención de herirlo.

Le dio una suave sonrisa y acunó sus mejillas entre sus manos, para después dejar un pequeño beso en sus labios.

— Siempre te vamos a querer Mimi, jamás te odiariamos y menos te usaríamos para beneficio propio, no vuelvas a pensar esas cosas, ¿Entendido? — le hizo hacer una promesa silenciosa, al ver que Jimin asintió, pudo proseguir — Además debes de recordar que estamos en una crisis mundial y tenemos que encontrar la manera de pararla, por ello fue tu creación y la de Mina, ambos son necesarios para solucionar esto y que no se te olvide que tu eres muy especial para mi — explicó.

Así Jimin pudo estar más tranquilo, este asunto ya se había resuelto, un problema menos, ya se encontraban avanzando.


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