🥠 || 13 ||°•.

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El hermoso Omega de mejillas regordetas y piel acanelada se encontraba en un debate mental ahora mismo, mientras pasaba por el brillante pasillo del piso en el que quedaba la lujosa Oficina de Lee. Tenía dos opciones en su mente para cuando tuviera al apuesto hombre en frente, la primera era hablar con el Alfa de forma pacífica y dejar pasar lo que sea que haya sucedido, si claro, la segunda opción era mucho mas simple y facil para Jisung, una vez tenga dicho Alfa con olor a Vino y Romero  en sus narices lo abofetearía y luego reiría desquiciadamente en su cara diciendole lo estúpido y patético que era, saldría corriendo, incendiaría la empresa y luego huiría con Felix y sus cachorros a otro país.

Era el plan perfecto según el, pero todos sus pensamientos fueron detenidos una vez estuvo frente a la puerta de dicha oficina. Dios mio, no quería entrar ahí, cumplir su plan número dos ahora no parecía tan fácil.

—Joven Han, ¿Se encuentra bien? —Preguntó el musculoso hombre a su lado, Bangchan era alguien muy lindo y amable. —¿Necesita algo?

—N-no, no, gracias...—Pensó por un momento como debería llamarlo.

—Puede decirme Chan si así lo desea, Señor. —Mostró sus encantadores hoyuelos en una sonrisa. —Ahora entre por favor, el Señor Lee dijo que era urgente. —El Omega asintío mucho más nervioso que antes y entro sin siquiera tocar la puerta.

Adentro como siempre, se encontraba el Alfa que tanto conflicto interno le causaba, este se encontraba de pie jugando con una pelota de tenis entre sus manos, apretándola mientras su vista se dirigía a la ventana de detrás de su escritorio. Aún si el Omega estaba enojado y queriendo ser cortante, no pudo evitar dejar volar su traviesa imaginación y que pasara por su mente la idea de que así como Minho estaba apretando la pelota, así este podría apretarle el culo de una manera tan sexy que podria tener un orgasmo solo con eso, pero una vez cayó en cuenta de lo que pensaba, se sonrojó como idiota sacudiendo la cabeza por pensar tales cosas y se hizo notar.

—¿Ahora que quieres? —Soltó de la nada a varios metros de distancia.

—Han Jisung...—Dijo con lentitud y un tono de voz estremecedor. —Estaba esperándote. —Cambio la pelota de mano en mano.

—Ya me tienes aquí, suéltalo así me largo lo más rápido posible. —Se cruzó de brazos mirándolo con una expresión de irritación.

Minho rió negando levemente y fijó su vista al frente. —Chan, gracias por traerlo aquí, puedes retirarte y tomar un descanso, debo hablar unas cosas con el señor Han. —Le ordenó a su asistente el cual hizo un reverencia, le sonrió a Jisung con amabilidad que fue respondida y se retiró.

—¿Y bien? —Lo observó ocultando sus verdaderas emociones en ese momento. —Puedes empezar, mi tiempo es oro.

—Te ví, Jisung. —El Alfa lo miro de arriba a abajo de forma sugerente y el menor lo miro confundido. —Te ví en el centro comercial.

Los ojos de Jisung casi se salen de sus cuencas al oír dicha confesión, mierda, Minho lo había visto, estaba acabando, aunque...¿Había visto a los cachorros? ¡Pues obvio Jisung! Se dijo con miedo, traía el caro y colorido coche de bebés donde estaban los niños esperando llegar a casa. Dios, salió corriendo y lo vieron, qué humillante, ahora debía pensar en algo.

—A-ah, ¿Si? ¿Que centro c-comercial? —Trató de sonar firme inquietandose en su lugar. —¿Para esto me llamaste a hablar? Es increíble, lo primero que te digo es lo primero que haces, no malgastes mi tiempo. —Endureció su voz acomodando su postura.

Minho volvió a reír con burla, apretó con esmero la pelotita en sus manos causando estragos en la mente del castaño y a paso lento y peligroso, rodeó su escritorio para llegar a dónde estaba el Omega el cual al verlo empezó a retroceder.

❝ ¿𝖸 𝗉𝖺𝗉𝖺? ❞𓂃𝖬𝗂𝗇𝗌𝗎𝗇𝗀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora