Fuego Escarlata

Capítulo 6: La Máscara del Poder

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El día avanzaba lentamente en la mansión Jeon, con el sol alto en el cielo y los rayos de luz filtrándose a través de las grandes ventanas, creando un juego de sombras en el interior. El eco de los pasos de los sirvientes que iban y venían resonaba en los largos pasillos, pero la atmósfera permanecía cargada de una calma tensa, casi sofocante. Jungkook, en su oficina privada, estaba absorto en sus propios pensamientos mientras revisaba una pila de papeles y cartas que habían llegado esa mañana. La opulenta habitación, decorada con muebles de caoba oscura y una alfombra persa que cubría el suelo de mármol, era un reflejo de su estatus, pero en ese momento, Jungkook apenas notaba su entorno.

Las cartas que revisaba eran de suma importancia, propuestas de negocios y documentos que requerían su firma, pero su mente vagaba a otros asuntos. Desde el incidente en su habitación con Taehyung, había estado sintiendo una inquietud creciente. El control y la precisión con los que usualmente manejaba su vida y sus negocios se veían amenazados por algo que no terminaba de comprender del todo. Taehyung, con su fragilidad y su inocencia, había despertado en él emociones que no había previsto ni deseado. Aún así, no podía permitirse mostrarse débil. El mundo en el que vivía, lleno de poder y peligro, no daba cabida a la vacilación.

Entre los documentos, una carta en particular capturó su atención. El sello en la parte posterior era el de una familia aliada, una familia que, como la suya, tenía profundas raíces en el mundo clandestino. Jungkook rasgó el sobre con un movimiento preciso, sacando el contenido para leerlo con cuidado. La invitación era para una cena esa misma noche, un evento en el que estarían presentes varias figuras importantes del bajo mundo. Un evento social bajo la fachada de una simple cena, pero que sería un campo de batalla silencioso donde se forjarían y romperían alianzas.

Jungkook se reclinó en su silla de cuero, considerando la invitación. No solía participar en este tipo de eventos a menos que fuera absolutamente necesario, prefiriendo dejar que sus acciones hablasen por él en lugar de perder tiempo en reuniones sociales. Sin embargo, había algo en esa invitación que le hizo cambiar de opinión. Quizás necesitaba un respiro de la monotonía reciente, o tal vez era el impulso de demostrar que aún estaba en control, tanto de su entorno como de sí mismo.

Decidido, se levantó de la silla, alisando su traje negro impecable antes de salir de la oficina. Se dirigió hacia la sala principal, donde sabía que encontraría a Taehyung. El omega había sido mantenido dentro de la mansión desde su llegada, bajo una estricta vigilancia. Aunque no había intentado huir, Jungkook sabía que cualquier oportunidad de escape podría ser tentadora para alguien en la posición de Taehyung.

La puerta de la sala estaba entreabierta, y al acercarse, Jungkook pudo ver al pequeño omega sentado en uno de los amplios sofás que decoraban la estancia. Taehyung estaba en silencio, con las rodillas dobladas y las manos entrelazadas sobre su regazo, su mirada perdida en el tapiz frente a él. Parecía tan pequeño y vulnerable en ese entorno, como una flor delicada atrapada en un jardín de espinas. Jungkook se tomó un momento para observarlo antes de entrar.

Al sentir la presencia del alfa, Taehyung levantó la vista rápidamente, sus ojos grandes y oscuros reflejando un destello de miedo antes de que pudiera controlarlo. La tensión en su cuerpo era palpable, como si estuviera preparado para alguna orden o reprimenda. Jungkook se acercó lentamente, sus pasos resonando en el suelo de mármol hasta que estuvo a poca distancia del omega.

—Taehyung—, comenzó Jungkook, su tono de voz bajo y controlado, como siempre. —Esta noche iremos a una cena.—

El omega asintió de inmediato, su cabeza bajando en señal de obediencia. No hubo preguntas, ni intentos de negociación. Simplemente aceptó la instrucción, como había aprendido a hacer desde que llegó a la mansión. Pero dentro de Taehyung, una tormenta de emociones se agitaba. Sabía que cualquier evento al que lo llevase Jungkook no sería un simple paseo, y la idea de estar rodeado por más alfas y posibles peligros lo hacía sentir aún más vulnerable.