Capítulo 19: El Instinto

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El sol apenas comenzaba a esconderse tras las colinas, pintando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa, cuando Taehyung sintió un extraño zumbido en su interior. Era una sensación que no podía ignorar, como si sus sentidos estuvieran más despiertos, más agudos de lo habitual. Su cuerpo, siempre tan sensible a los cambios, ahora parecía responder a algo en el ambiente, algo que no podía ver pero que sabía que estaba ahí, acechando en las sombras de su mente.

Mientras caminaba por los pasillos de la mansión, tratando de distraerse, no pudo evitar recordar la última vez que había sentido algo similar. Fue poco antes de su primer celo, cuando cada fibra de su ser había gritado por la presencia de un alfa, cuando su cuerpo había entrado en un frenesí de deseo que solo Jungkook había podido apaciguar. Pero esta vez, el celo no estaba previsto para llegar en meses, entonces ¿qué era lo que lo hacía sentir así?

Se detuvo frente a una gran ventana, observando cómo las sombras crecían en el jardín. Un suspiro se escapó de sus labios mientras intentaba calmar su mente inquieta. Tal vez estaba siendo paranoico, tal vez era solo el estrés acumulado de todo lo que había pasado en los últimos días. Pero algo dentro de él le decía que no era solo eso. Sentía un magnetismo en el aire, una atracción que lo llamaba hacia un lugar específico: la oficina de Jungkook.

La idea de acercarse a Jungkook en ese estado lo llenaba de nerviosismo, pero la curiosidad era más fuerte. Desde que había llegado a la mansión, había aprendido mucho sobre los ciclos de los omegas, sobre sus propios ciclos. Sin embargo, poco sabía sobre los ruts de los alfas, especialmente el de Jungkook. Su alfa rara vez hablaba de ello, y Taehyung se dio cuenta de que nunca había presenciado uno de sus ruts, ni siquiera sabía cuándo era su próximo ciclo.

Con el corazón latiendo más rápido de lo habitual, se dirigió hacia la oficina de Jungkook, sus pasos resonando suavemente contra el suelo de mármol. Cada paso que daba lo hacía sentir más ansioso, más consciente de que algo estaba por suceder. Cuando llegó a la puerta, dudó por un momento antes de levantar la mano y tocar suavemente.

—Adelante —se escuchó la profunda voz de Jungkook desde el otro lado.

Taehyung abrió la puerta lentamente, asomando su cabeza antes de entrar completamente. Jungkook estaba sentado detrás de su amplio escritorio, revisando unos documentos, pero al ver a Taehyung, dejó lo que estaba haciendo y lo miró con una mezcla de curiosidad y calidez.

—¿Todo bien, Tae? —preguntó el alfa, notando el ligero nerviosismo en el omega.

Taehyung cerró la puerta detrás de él y caminó lentamente hacia el escritorio, sus ojos fijos en Jungkook. Había algo en la forma en que el alfa lo miraba, en la intensidad de su mirada, que hacía que el corazón de Taehyung latiera aún más rápido.

—Jungkook... —comenzó Taehyung, su voz suave y un poco temblorosa—. He estado sintiendo algo... raro, como si mis sentidos estuvieran más... intensos. No es como un celo, pero es similar, y... no sé, me pregunto si tiene algo que ver con... tu rut.

Jungkook levantó una ceja, sorprendido por la pregunta directa de Taehyung. No esperaba que el omega trajera a colación ese tema, especialmente porque él mismo había evitado hablar de ello. Sin embargo, viendo la genuina curiosidad y la ligera preocupación en los ojos de Taehyung, decidió que tal vez era hora de ser honesto.

—Mi rut... —repitió Jungkook, su voz adquiriendo un tono más grave—. Es algo que no ocurre muy seguido, pero cuando lo hace, es... intenso. Es difícil de controlar, y casi nunca logro sentirme satisfecho. Por eso no hablo mucho de ello.

Taehyung escuchó atentamente, sus ojos abriéndose un poco más mientras procesaba lo que Jungkook estaba diciendo. No podía evitar imaginar al alfa en medio de su rut, consumido por el deseo, buscando alivio con una intensidad que no había conocido antes. Esa imagen, aunque la asustaba un poco, también despertaba algo dentro de él, algo que lo hacía sentir aún más caliente, aún más necesitado.

Fuego EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora