Capítulo 23: Ls Distracción Peligrosa

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La noche del plan había llegado, y con ella una tensión eléctrica se había apoderado de la mansión Jeon. Jungkook estaba en su habitación, terminando de ajustar su traje negro cuando escuchó la puerta abrirse. Levantó la vista y casi dejó caer la corbata que estaba atando al ver lo que había en la entrada. Su corazón dio un vuelco, casi como si hubiera recibido un golpe directo en el pecho.

Taehyung estaba parado allí, nervioso, pero luciendo absolutamente impresionante en un vestido rojo que apenas dejaba algo a la imaginación. La tela del vestido se ajustaba perfectamente a su cuerpo delgado y esbelto, resaltando cada curva con una precisión que hacía a Jungkook enfurecerse y desear arrancárselo de inmediato. El escote era bajo, revelando la suave piel del omega, y la falda terminaba peligrosamente alto en sus muslos, dejando sus largas piernas a la vista. A cada paso que daba, el vestido se deslizaba con él, mostrando más de lo que Jungkook estaba dispuesto a permitir.

Jungkook apretó los puños, sintiendo la rabia burbujeando en su interior al darse cuenta de que había sido Seokjin quien había elegido semejante atuendo para Taehyung. Quería gritar, quería encontrar a su hermano mayor y golpearlo por poner a su omega en una posición tan vulnerable. Pero sabía que no era el momento. Tenía que mantener la calma, al menos por ahora.

—¿Qué... qué es esto? —Jungkook apenas podía contener su furia, sus ojos destellando mientras se acercaba a Taehyung, su cuerpo emanando una energía peligrosa y dominante.

Taehyung se estremeció ligeramente bajo la intensidad de la mirada de Jungkook, pero no dio un paso atrás. En su lugar, levantó la vista hacia él, con sus grandes ojos brillando con una mezcla de nerviosismo y determinación.

—Es... es lo que Seokjin-hyung eligió para mí —respondió Taehyung con voz suave, aunque temblorosa—. Dijo que sería perfecto para distraer a los hombres.

Jungkook inhaló profundamente, tratando de calmar la ira que lo estaba consumiendo. Sabía que este era el plan, que necesitaban una distracción lo suficientemente efectiva para desviar la atención de los guardias y otros hombres presentes en el lugar del golpe. Pero la idea de que otros alfas vieran a su omega vestido así, deseándolo, lo estaba volviendo loco.

—No me gusta —gruñó Jungkook, tomando a Taehyung por la cintura y atrayéndolo hacia él, sus ojos clavándose en los del omega—. No quiero que nadie más te vea de esta manera. No quiero que piensen que tienen derecho a mirarte, a desearte.

Taehyung sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar el tono posesivo de Jungkook, pero al mismo tiempo, algo dentro de él se calentó, sabiendo que el alfa estaba tan preocupado por él. Levantó una mano temblorosa para acariciar la mejilla de Jungkook, tratando de calmarlo.

—Solo será por esta noche, Jungkook —murmuró—. Solo para ayudar con el plan. Después de esto, nadie más tendrá el derecho de mirarme, excepto tú.

Jungkook exhaló lentamente, su agarre en la cintura de Taehyung se suavizó ligeramente. Sabía que Taehyung estaba haciendo esto por él, para ayudarlo, pero la idea de que su omega estuviera en peligro lo hacía temblar de rabia y preocupación.

—Tienes razón —admitió Jungkook finalmente, acariciando la mejilla de Taehyung—. Pero no olvides que estaré vigilando. Si algo sale mal, si alguien se atreve a acercarse demasiado, terminaré con esto de inmediato. No quiero que te pase nada.

Taehyung asintió, reconociendo la seriedad en las palabras de Jungkook. Se sentía más seguro sabiendo que el alfa estaría vigilando cada uno de sus movimientos, incluso desde lejos. Con un último beso suave en los labios, Taehyung se preparó mentalmente para lo que venía.

Fuego EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora